El Museo de Palencia inauguró ayer en el denominado Espacio Escalera la exposición AVE Palencia-León. Arqueología en Tierra de Campos, que permite realizar un viaje al pasado merced a los trabajos arqueológicos previos a la construcción de la vía y que sacaron a la luz restos de asentamientos paleolíticos en Pozuelos del Rey; de la Edad del Cobre en Riberos de la Cueza, Cisneros y Dueñas; de la Edad del Bronce en Paredes de Nava y Pozo de Urama; romanos en Villada y Cisneros y de época visigoda en Pozo de Urama.
El director del Museo de Palencia, Javier Pérez, entre las piezas que se muestran, destacó la más antigua, una lasca de talla levallois que «puede hablar de un paleolítico medio con una antigüedad anterior a 50.000 años», y añade que «yacimientos al aire libre de ese período en Tierra de Campos casi no se conocían».
En cuanto a los yacimientos de la Edad del Cobre, menciona San Isidro II (Dueñas), en el que apareció un colgante de cuarcita pulida con forma de creciente, con un estrechamiento junto a uno de sus extremos, posiblemente para poder enganchar una cuerda de la que colgarlo. «Es un adorno personal, que la provincia no tenía ninguno documentado en la provincia y que nos permite paralelizar nuestra Edad del Cobre con la edad del sur», comentó.
Pérez se detuvo, dentro del capítulo de yacimientos romanos, en Villafilar (Cisneros) y Gallegos (Pozo de Urama), con grandes fuentes y platos de terra sigillata y el fragmento de una estela funeraria en pizarra, «un material que no es de la zona y que tuvo que ser importada», y como curiosidad, hizo referencia a un legón o azadón muy grande de hierro «similar a los que se han estado empleando en Tierra de Campos hasta hace 50 años para el cultivo de huertas».
La exposición con los resultados de las excavaciones e intervenciones arqueológicas que se hicieron con motivo de la construcción de la linea de alta velocidad Palencia- León tiene un doble objetivo, según explicó el director del museo: «por un lado, transmitir a la sociedad que la legislación actual de patrimonio protege y vela por la salvaguarda del patrimonio cultural. Antes de que las grandes máquinas vayan a remover los terrenos, hay un equipo de arqueólogos que recorre el terreno, que evalúa qué hay que hacer (sondeos previos, excavaciones en área) y, por otro, cumplir con las funciones que tiene el museo (estudiar, investigar, exhibir y difundir el patrimonio arqueológico que conserva)».
Esas intervenciones arqueológicas proporcionan «mucho más conocimiento», comentó Pérez, y es que es este caso concreto se hicieron análisis polínicos de sedimentos en dos yacimientos de época romana, Villafilar (Cisneros) y Gallegos (Pozo de Urama). En el primero se identificaron pinos, encinas, avellanos, alisos, olmos y olivos y, entre los arbustos un bajo porcentaje de brezos y jaras. En las herbáceas dominan las asteráceas y hay muy poco cereal. «Parece que habría pocos cultivos cercanos y, sin embargo, extensiones importantes de pastos que estarían destinados a una explotación ganadera», explicó. En el caso de Gallegos, se identificó la presencia de pinos y encinas, se recuperaron cereales y leguminosas y se planteó la posibilidad de que se contase también con olivos.