El Palencia demostró la razón por la que suma diez partidos consecutivos sin perder. Partido muy cerrado, con muy pocas ocasiones de gol, con escasa presencia en las áreas y con mucho trabajo táctico sobre el campo, que sólo se desató un poco al final del choque, cuando las fuerzas flaquean y cuando se busca el gol que no se ha encontrado en el resto del encuentro. Pero, para ser sinceros, ni unos ni otros lo merecieron demasiado, aunque bien es verdad que la mejor ocasión del choque fue para el Real Ávila, y que Álvaro, el portero local, tuvo una tarde algo más plácida que la de Alberto, portero visitante.
No pasó demasiado en la primera parte del choque. Las jugadas de ataque de ambos conjuntos morían en la zona de tres cuartos, cuando hay que definir el pase o lanzar desde lejos a puerta. Ni una cosa ni otra hicieron abulenses y palentinos. Los locales con el colchón de puntos que manejan en el primer puesto no arriesgan demasiado, y los visitantes sabían que si lo hacían podrían verse sorprendidos. De ahí las muchas precauciones de ambos equipos, y de ahí que las ocasiones ni llegaran ni se adivinaran.
Un centro chut de Campos desde dentro del área que Alberto atajó sin problemas y un remate alto de Capi a la salida de in córner fue todo el peligro que fueron capaces de generar los dos equipos en la primera media hora de juego, justo en el momento en el que llegaría la mejor y más clara ocasión de todo el partido, cuando un buen centro lateral de Tena lo remató Campos en el primer palo. El balón llevaba puesta la etiqueta de gol, pero Alberto, sobre la misma línea, y con las piernas lo evitaba.
La segunda parte tampoco se caracterizó por muchas llegadas a las áreas, y sólo se agitó algo cuando en el minuto 55 el colegiado mandaba a los vestuarios con roja directa al entrenador visitante, Javier Álvarez de los Mozos, que ya salió expulsado en su anterior visita a Ávila, cuando jugó contra el Diocesanos. Interceptó un saque de banda junto a su banquillo, se montó una pequeña trifulca que acabó con De los Mozos en la calle.
Un remate de Sekou alto a la salida de un córner en el 73 inquietó a la, otra vez, numerosa afición local, y fue en los diez últimos minutos cuando el partido se abrió algo más.
Un gran pase de Campos al corazón del área dejó solo a Alberto en el punto de penalti, pero cuando iba a disparar completamente solo se le echaron encima el portero y otros dos defensores y la ocasión se fue al limbo. Un minuto después el propio Alberto lo probó desde la frontal, pero su tocayo palentino detuvo en dos tiempos.
El partido moriría con un remate en el primer palo de Adri Herrera que Álvaro detuvo sin demasiados apuros, y con un remate de Shergo en el 93 desde dentro del área que salió rozando el palo.
No dio para más el choque. El Ávila suma pero no sentencia y lleva tres partidos seguidos en casa sin ganar y sin marcar un gol. La ventaja sigue siendo apreciable, pero no definitiva.