Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Cristianismo y Revolución

21/05/2024

Nos han hecho ver, con una historia fragmentada, que el cristianismo era contrario a las consignas de la revolución. Que el lema libertad, igualdad, fraternidad provenía del contrato republicano de la revolución francesa. Parece que los filósofos prefirieran libertad, propiedad, seguridad, o simplemente libertad e igualdad. 
Rousseau acuñó la frase y Robespierre, en la revolución francesa la plasmó en piedra en los edificios del país vecino. Pero claramente la fraternidad no fue un sentimiento masivo de los revolucionarios franceses que no paraban de guillotinar no sólo a nobles o miembros del clero, sino también a quienes poco antes eran sus camaradas. De hecho, en 1793 el Directorio de París invitó a los habitantes a pintarla «en la fachada de sus casas, en grandes letras»; a esa consigna se le hizo un pequeño agregado, nada sutil: Libertad, igualdad, fraternidad… o muerte «ou la mort». Una reformulación acorde con los tiempos violentos que se vivían.
Realmente era una consigna de tiempos remotos. Quantín, catedrático de Historia Antigua, dice que en el Telémaco de Fenelón se acercan los tres conceptos que evocaban la perfección cristiana. «Todos se amaban con un amor fraterno sin que nada los perturbara». El lema era por tanto un pilar         social.
Temis, diosa de la justicia, tenía los ojos vendados para actuar con equidad sin tener en cuenta la amistad u otras circunstancias que podían comprometer una justa decisión.
La Constitución española en su Art. 14 recoge la obligación de mantener la igualdad ante la ley, sin que prevalezca discriminación por nacimiento …opinión o cualquier otra circunstancia. La masonería adogmática, convierte también la equidad en base fundamental de confraternidad social.  
Pero como dice Félix Ovejero, candidato por Izquierda Española al parlamento europeo, la idea de la igualdad se ha roto con el identitarismo catalán y el nacionalismo. El gobierno de España aún está decidiendo si irá entre delincuentes, que quieren destruir el estado con criterios etnicistas.   
A la distribución de justicia con equidad, la pisotea la amnistía. España es un estado       dinamitado.