La temporada del debut del Zunder Palencia en la ACB está siendo una montaña rusa de emociones. Comenzó con el amargo debut en la cancha del Obradoiro, que dio paso a un ilusionante primer partido en el pabellón ante el Barça. Después, el conjunto entonces dirigido por Marco Justo atravesó un tramo de temporada en el que daba muy buenas sensaciones, pero los resultados no llegaban (con una única victoria, precisamente ante el Río Breogán, rival de los palentinos mañana). Los negativos marcadores que acumulaba el conjunto colegial acabaron con las buenas impresiones sobre la cancha y entonces la entidad colegial decidió sustituir al timonel del barco, colocando a Luis Guil al frente del cuadro morado. Con el sevillano en el banco, el Zunder Palencia ha tomado otra dirección y ha conseguido llegar al tramo decisivo de la temporada vivo, con opciones reales de conseguir la permanencia. «El de mañana es un partido que queríamos jugar. Hace semanas esperábamos poder llegar a un encuentro así, con posibilidades reales de salvar al equipo. Estamos donde queremos. Los jugadores están preparados física, mental, táctica y técnicamente para disputar un partido de un nivel de tensión muy alto. A falta de siete jornadas nos vemos con opciones de salvar la categoría. Durante todo este tiempo nos hemos preparado para afrontar este tipo de encuentros y estamos mentalizados», aseguraba Luis Guil hoy, en una rueda de prensa previa al partido de mañana ante el Río Breogán (19,30 horas, Vamos) que se celebró en un escenario poco habitual, en las instalaciones de la Fundación Personas Palencia-Aspanis.

El de mañana en el Pazo dos Deportes de Lugo será un duelo de urgencias, un partido clave en las aspiraciones de palentinos y gallegos por conseguir la permanencia en la ACB. Se trata de un duelo directo, teniendo en cuenta que el Zunder Palencia es colista con cinco victorias y el Río Breogán es penúltimo con siete. Un choque con tintes incluso dramáticos. Ambos conjuntos saben que una derrota significaría decir adiós a la Liga Endesa de forma prácticamente definitiva. Especialmente el Zunder, que sería el mayor damnificado en caso de caer mañana en Lugo. Es la madre de todas las finales, un encuentro a cara de perro, a vida o muerte. Y el conjunto colegial está preparado para afrontarlo. «Hemos ganado partidos y hemos perdido otros. Eso ya es pasado. Pero hemos cumplido un primer objetivo para mí. A falta de siete jornadas dependemos de nosotros. Y estamos preparados para jugar los partidos decisivos que nos quedan. Estoy tranquilo y los jugadores confían en el plan de partido. Solo queda ejecutarlo y estar preparados para manejar las situaciones de tensión que se van a dar», señalaba el técnico morado. La visión de Guil coincidía con la de Chema González, pívot del equipo, para el que el Breogán «es un rival directo y un conjunto de nuestras características, a pesar de que todos juguemos en la misma liga. Sabemos de la importancia que tiene este partido y por eso estamos muy metidos, preparados y con ganas de jugar y de competir».

El Zunder Palencia se mide mañana al Río Breogán, para Luis Guil «un rival con muchísimo talento. Aunque parezca mentira porque es el equipo menos anotador, tiene jugadores con muchos puntos en las manos. Debemos evitar esa capacidad anotadora a nivel individual para poder llevar el partido al último cuarto. Además, físicamente es un equipo con mucho nivel defensivo. Tendremos que ser suficientemente inteligentes para leer esa defensa e intentar pasarnos bien la pelota para conseguir tiros liberados, que es lo que hemos trabajado esta semana. Debemos dejar a un lado los intereses individuales y centrarnos en jugar como un equipo».