Dentro de cualquier hospital, clínica o centro de salud las necesidades sanitarias deben de ser cumplidas estrictamente, ya que las prendas tienen de estar preparadas e higienizadas de manera eficiente porque mantendrán contacto con enfermos e incluso con heridos y no se debe poner a nadie en riesgo sanitario.

Los hospitales son una de las entidades que más prendas sucias generan a diario. La limpieza de cada habitación implica realizar el cambio de sábanas y toallas de todos los pacientes y sustituirlas de manera inmediata por otras limpias y desinfectadas. A estas prendas se les suman las de los trabajadores, es decir, las batas, ropas empleadas en las consultas y otros elementos textiles.

Por estas razones, el proceso de lavado en estas entidades sanitarias debe de ser exhaustivo y muy eficiente en el desinfectado. La salud y el bienestar tanto del personal como de los pacientes pueden verse afectados si no se realiza un buen tratamiento de limpieza y desinfección. Batas y uniformes de sanitarios, sabanas y ropas de pacientes acaban manchados en numerosas ocasiones de sangre u otros fluidos y sustancias que podrían ser foco de contagio. 

El Caupa gestiona una media de tres toneladas de ropa al día - Foto: REPORTAJE GRÁFICO: SARA MUNIOSGURENPor otro lado, un servicio de lavandería hospitalaria siempre utilizará productos especiales como detergentes que son capaces de eliminar por completo cualquier posible germen de las prendas al mismo tiempo que las mantienen en óptimas condiciones.

Además, un buen equipo de lavandería en el hospital puede mejorar la imagen de este de cara al público y los trabajadores dando lugar a opiniones positivas y a un servicio más satisfactorio. «Los servicios de cocina-hostelería y lavandería son indispensables porque están pensados siempre en beneficio del paciente y si todo funciona correctamente lo agradecerá», explica a Diario Palentino Mercedes Sanz, jefa de Hostelería del Caupa.

Metidos ya en harina, el servicio de lavandería del Complejo Asistencial Universitario de Palencia (Caupa) es de los pocos que quedan en el área de Sacyl sin externalizar, lo cual supone un valor añadido de enorme importancia. De hecho, solo Palencia y Segovia cuentan con este servicio dentro de la comunidad. Aquí, se procesa tanto la ropa del hospital Río Carrión como del hospital San Telmo, así como del servicio de RX del ambulatorio de La Puebla. El volumen de kilos de ropa procesados diariamente oscila entre los 2.700 y los 3.000, según los datos aportados.

El Caupa gestiona una media de tres toneladas de ropa al día - Foto: REPORTAJE GRÁFICO: SARA MUNIOSGURENPara llevar a cabo dicha labor se cuenta con un equipo de profesionales que son los encargados de obtener un resultado óptimo del proceso desde el inicio hasta el final: concretamente, una gobernanta, un técnico superior en alojamiento, 17 operarios en la plancha, seis personas en la zona de lavandería, tres costureras, cuatro celadores en el hospital Río Carrión y dos en la lencería del hospital San Telmo.

«Todo se lleva a cabo dentro de un proceso que se ajusta a las necesidades y las exigencias», pormenoriza Ana Mediavilla, gobernanta con más de 35 años de servicio en el Complejo Asistencial. No hay que olvidar que el hospital Río Carrión cuenta con 380 camas, el San Telmo tiene otras 117, mientras que el personal global adscrito al complejo asistencial es de 2.073 personas (cada uno utiliza una media de cuatro uniformes), datos que deben servir de referencia para ver en perspectiva el volumen de trabajo que alberga este servicio, poco conocido pero es vital, como todos los que componen el Complejo Asistencial.

De forma pormenorizada, el circuito que sigue la ropa dentro del servicio de lavandería comienza en las distintas plantas y unidades con auxiliares y personal de limpieza que se encargan de recogerla procedentes de pacientes y que luego es introducida en sacos de tela dispuestos para ello, con un código de colores para separarla según tipo de tejido y suciedad.  «Dichos sacos se dejan en un punto de recogida previamente establecido y los celadores la recogen dos veces por la mañana (a primera hora y a media mañana) y una vez por la tarde», según explica la gobernanta Ana Mediavilla, palabras que son refrendadas por la jefa de servicio, Mercedes Sanz.

El Caupa gestiona una media de tres toneladas de ropa al día - Foto: REPORTAJE GRÁFICO: SARA MUNIOSGURENEl circuito de la lavandería comprende una zona de sucio y otra zona de limpio, perfectamente delimitadas y aisladas mediante una barrera sanitaria, «para evitar -explica Ana Mediavilla- la contaminación cruzada». Cuando la ropa que se ha recogido de las plantas y unidades llega a la lavandería, se pesa y se distribuye según el tipo y características y el proceso de lavado que haya que llevar a cabo. Cada uno de los sacos se mete en la lavadora correspondiente y, durante el lavado, el saco se abre liberando el género del interior. «Este sistema de preclasificación se ha demostrado muy eficaz para mejorar la prevención de riesgos laborales en la zona de sucio, al no tener que hacer la selección antes del lavado, además de evitar arrojar al medio ambiente numerosos residuos plásticos como ocurría con el antiguo sistema de recogida en bolsas», añade Ana Mediavilla.

El Caupa dispone de una lavadora de 200 kg, dos de 90 kg, una de 110 kg y una de18 kg Cada una de ellas tiene una serie de programas (según tipo de ropa y suciedad) y a lo largo del proceso coge de forma automática la cantidad y tipo de producto correspondiente. Un procesado completo de unos 200 kilos de ropa de cama se procesa en dos horas aproximadamente, mientras que esa misma cantidad de uniformes, pijamas o camisones de pacientes puede alargar el proceso hasta 12 horas.

«Una vez finalizado el proceso de lavado, la ropa se descarga ya por la zona de limpio. Y es en este momento donde se clasifican las prendas en función de la siguiente fase del proceso: si no necesitan planchado, se introducen en las secadoras (disponen de dos) y, si hay que planchar, se seleccionan según tamaño y calidad del tejido para a continuación pasar, una por una, a la máquina que corresponda, según forma y tejido de cada prenda. La ropa plana pasa por la calandra, un tren de planchado que consta de varios rodillos, una plegadora y una apiladora, de la que la ropa sale planchada, doblada y apilada en montones. La ropa de forma se procesa por un túnel de secado que permite secar y planchar los uniformes del personal, pijamas y camisones de pacientes», apunta Mercedes Sanz. 

El Caupa gestiona una media de tres toneladas de ropa al día - Foto: REPORTAJE GRÁFICO: SARA MUNIOSGURENDe hecho, a lo largo de una jornada se procesan unas 600 fundas de almohada, 300 colchas y 1.600 sábanas, además de pijamas, toallas y uniformes del personal. «Las plantas y servicios hacen diariamente un pedido de aquellos artículos de lencería que necesitan para su correcto funcionamiento. Y son las celadoras las que se encargan de preparar los carros que, una vez completos, se suben para que el personal de planta pueda realizar el cambio de ropa a los pacientes según necesidad», añade Ana Mediavilla, quien resalta que «el personal del servicio rota cada hora en sus funciones para que no se le haga pesado». «Otro punto importante de nuestro trabajo es la uniformidad del personal. Según el lugar y tipo de trabajo, suministramos uniformes azules a quirófano, verdes a varios departamentos (UCI, endoscopias, partos, …) y blancos al resto. Ello representa una parte muy importante de nuestra labor y por ello se procesan diariamente todos y cada uno de los uniformes, pues, de otra manera, se podría dar el caso de que el profesional no tuviera opción de cambiarse el uniforme. Para esta tarea contamos con un túnel de planchado ya que sería inviable planchar todas y cada una de las prendas a mano», apunta la gobernanta, Ana Mediavilla. 

«En la medida de nuestras posibilidades, intentamos que el resultado final de nuestro trabajo sea óptimo. Para ello, llevamos a cabo lo que podríamos denominar un control de calidad a lo largo del proceso para evitar que una sábana que ha salido con alguna mancha, un camisón al que le falta un botón, una colcha con algún desgarro suba a las plantas. Todo ello con el ánimo de contribuir al confort del paciente o cliente que es lo que desde el servicio de lavandería del Caupa se pretende», resalta a Diario Palentino, la jefa de Hostelería, Mercedes Sanz.

EL ROPERO MÁS GRANDE. Ya se ha comentado que el personal del complejo asistencial está formado por 2.073 profesionales y la gran mayoría utiliza uniforme, a una media de cuatro cada uno. Y todos ellos pasan por el servicio de lavandería y en algunos casos por las manos de las costureras para ser reparados. Por ello, se necesita un ropero para poder ser entregados los uniformes cuando están listos. 

Cada profesional dispone de su correspondiente percha y número. Tal ingente número de uniformes necesita una disposición en el amplio ropero del Caupa para que pueden ser localizados y entregados sin demora. En este sentido, los números son la clave de todo el proceso, ya que están correlacionados por departamentos (enfermería, celadores, facultativos, etc). 

El Caupa gestiona una media de tres toneladas de ropa al día - Foto: REPORTAJE GRÁFICO: SARA MUNIOSGURENSon cientos de perchas con sus correspondientes prendas que son entregadas por el personal de la lavandería todos los días de la semana salvo los domingos. Para ello cada profesional debe dirigirse por el pasillo aledaño a la lavandería y solicitar a través de una ventanilla su ropa facilitando su número de percha. «Aquí todo está reglado, dosificado y programado», apunta Mercedes Sanz.

Por último y, como es lógico, con el trasiego diario de ropa un buen número de objetos personales son olvidados en los bolsillos cuando acaban en la lavandería. 

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