La matanza del cerdo, en el pasado, era un rito marcado en rojo en el calendario de muchos palentinos del medio rural y en Baños de Cerrato, entre otras localidades de la geografía provincial, apuestan porque siga siéndolo. Por diversas causas, ciertos aspectos de esta costumbre no pueden reproducirse de la misma forma que hace décadas, pero, al menos, se mantiene la tradición.
Un ejemplar del animal del que se aprovechan hasta sus andares, como bien recuerda el refranero español, llegó ya sacrificado a la plaza de España, epicentro de la celebración, donde fue chamuscado, abierto en canal y destazado a la vista de vecinos y visitantes. «De esta forma se enseña a la gente, sobre todo a los jóvenes, cómo se hacía la matanza del cerdo. Es una tradición que tiene que estar viva», defendió ayer el concejal de Cultural y Turismo del Ayuntamiento de Venta de Baños,Alfredo Tamayo.El Consistorio se encargó, una vez más, de organizar este evento, que contó con el apoyo de la Asociación de Vecinos de Baños de Cerrato, la Asociación Mujer Rural Santa Bárbara, Cerealto y la Diputación.
La fiesta no se redujo a este antiguo ritual. De forma paralela se montó un pequeño mercadillo de artesanía y alimentación compuesto por once puestos. «Fue muy variado, hubo repostería, charcuteria, queso, miel y cebollas, entre otros», comentó Tamayo antes de firmar un primer balance positivo de la décimo séptima edición de la matanza. «Teníamos miedo por la previsión de lluvias, pero finalmente no hubo y la afluencia de público fue alta», añadió. Por otro lado, hizo hincapié en que esta actividad sirvió también para poner en valor la localidad y las costumbres del pasado.
RACIONES Y DULZAINA. La jornada festiva incluyó dos degustaciones, según explicó el edil de Cultura y Turismo. Por la mañana se repartieron unas 300 raciones de sopas de ajo calientes y vino mistela con pastas, mientras que por la tarde la cifra aumentó hasta las 800. A la hora de la merienda se entregaron, previa compra de un tiquet, bocadillos con lomo, panceta, chorizo y morcilla. Además, todo ello estuvo amenizado con música tradicional. Antes de comer fue el turno del grupo municipal de danzas y los dulzaineros locales y, a las 18,30 horas, actuó D'Campos Folk.
Por último, Tamayo tampoco quiso olvidar que esta cita sirvió para dar a conocer la basílica visigótica de San Juan de Baños, que estuvo abierta de 11 a 14 horas y de 16 a 18 horas.