Fallece el escultor palentino Nino Barriuso a los 84 años

DP
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Enrique Delgado Huertos, profesor titular de la Universidad de Valladolid, publica su obituario

Fallece el escultor palentino Nino Barriuso a los 84 años - Foto: Enrique Delgado Huertos

El pasado 5 de marzo falleció en Palencia el escultor palentino Nino Barriuso, afincado de Hondarribia (Guipuzcoa) a la edad de 84 años. Enrique Delgado Huertos, profesor titular de la Universidad de Valladolid, publica su obituario.

Este escultor, alguna de cuyas obras se exponen en el aulario del Campus de la Yutera, como parte del Proyecto Un campus con arte, se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Palencia, entre 1957 y 1958. De la mano de Mariano Timón aprende a trabajar el barro; con Gerardo García (1961-1962) aprende a trabajar la piedra y en el taller de Enric Monjo (Barcelona 1963-1964) pasa a puntos en mármol negro las últimas obras del escultor Jean Arp, que fallece en 1966.

Ha sido profesor en la Escuela de Enseñanzas Artesanales de Deba y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. Doctor en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco con la tesis titulada Concepto de espacio y representación en la Alta edad Media, a la que precedió un trabajo de tesina titulado La serie cosmogónica vasca de Néstor Basterretxea. Trabajó en esta universidad como profesor titular de escultura entre 1983 y 2007.

Ha trabajado para escultores como Jorge Oteiza y Néstor Basterretxea, con quien desarrolla la Serie Cosmogónica Vasca labrada en madera de roble. En 1968 recibe el primer premio de escultura de la Casa de la Cultura de Palencia y en 1985 resultó ganador de la Tercera Bienal Internacional de Escultura de San Sebastián.

En su dilatada trayectoria artística ha ido desde la escultura realista, pasando por las vanguardias europeas, la abstracción, el constructivismo, para retornar en la última fase a la figuración. Ha plasmado sus obras en todo tipo de materiales: madera, mármol, alabastro, vidrio, acero, chatarra y materiales plásticos. Se marcha un hombre crítico, reflexivo y extraordinariamente culto, al que considero que Palencia debe un reconocimiento público.