La reestructuración del servicio de autobuses urbanos de la capital busca si no recuperar los niveles previos a la pandemia, sí acercarse con una previsión de 2.080.172 viajeros anuales una vez implementadas las mejoras. Esta cifra representa un ligero incremento respecto a los 2.041.456 pasajeros registrados en noviembre de 2024 y pretende consolidar una tendencia de crecimiento sostenido en la movilidad urbana.
El Ayuntamiento quiere que el transporte público desempeñe un papel crucial en la movilidad frente al vehículo privado. Una meta que parecía alcanzable hasta que la pandemia del coronavirus cambió los hábitos de los usuarios de transporte urbano. Así lo dicen los datos: en diciembre de 2019, el servicio de autobús alcanzó los 2.303.989 viajeros anuales. Las líneas 1 y 2 concentraban el 75 % del total de pasajeros, siendo las rutas más utilizadas, algo que sigue ocurriendo en la actualidad. Sin embargo, la crisis sanitaria de la covid-19 provocó una caída drástica en la movilidad, reduciendo el número de usuarios en más de un 50% a finales de 2020. Desde entonces, la recuperación ha sido progresiva, aunque a noviembre de 2024 el sistema aún no ha alcanzado las cifras prepandemia ni siquiera con los descuentos del Gobierno.
A pesar de la recuperación parcial, se observan diferencias significativas entre las líneas. La Línea 1, que conecta San Antonio con el Campus, ha visto reducir su demanda en un 13,8%, pasando de 782.290 a 674.196 viajeros. En la Línea 2, que une Camino de la Miranda con el Campus, la disminución ha sido del 10,2%, quedando en 845.536 pasajeros. En cambio, la Línea 3, que comunica los hospitales, apenas ha experimentado cambios y se proyecta como una de las que más crecerá en el futuro, llegando a superar los 480.000 viajeros en los próximos años.
Tal y como avanzó ayer el Consistorio, el nuevo mapa contempla la reconfiguración de la Línea 3, que pasará a ser circular y reforzará la cobertura sanitaria. Con este nuevo diseño, conectará los tres principales hospitales de la ciudad: San Telmo, Río Carrión y Recoletas (privado), permitiendo a los pasajeros acceder de manera más rápida y cómoda a estos centros asistenciales.
En la comparativa con los datos prepandemia, también destaca el hecho de que las rutas con menor afluencia han registrado descensos más pronunciados. La Línea 4, que cubre el barrio de Allende el Río y el polígono, ha perdido un 18,6% de su demanda. La Línea 5, que conecta el Cristo con el hospital Río Carrión, ha reducido su volumen de pasajeros en un 21,5%, aunque las proyecciones indican que podría llegar a 196.429 viajeros con una mejora en la frecuencia del servicio. Por su parte, las Líneas 6 (monte El Viejo) y 7 (cementerio), con un uso más restringido, han mantenido cifras estables, aunque lejos de su rendimiento anterior.
reestructuración. Estos son los datos que el Ayuntamiento -o, mejor dicho, la empresa Tema Ingeniería- ha tenido en cuenta a la hora de rediseña el mapa de transporte urbano de la ciudad con el objetivo de mejorar la conectividad, reducir tiempos de espera y optimizar la eficiencia del sistema. La propuesta incluye modificaciones en los itinerarios de algunas líneas, priorizando aquellas con mayor demanda, como la 1 y la 2, donde se prevén ligeros ajustes en el recorrido. En el caso de la Línea 3, se busca ampliar su cobertura para atender un mayor número de usuarios, mientras que la Línea 5 tendrá un refuerzo en su frecuencia para adaptarse a las necesidades del hospital Río Carrión.
Otro de los pilares de la nueva estrategia es la modernización del parque móvil. Se contempla la incorporación de autobuses híbridos, con el objetivo de reducir la huella de carbono y mejorar la eficiencia energética del servicio. Esta medida forma parte de una inversión global de 4,4 millones de euros anuales, destinada también a la implementación de mejoras en la información al usuario, con sistemas inteligentes de transporte que permitirán una gestión más precisa de los tiempos y una mayor accesibilidad.