V centenario del nacimiento de Juan Valverde

Juan Jesús Acosta
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La biografía del «más ilustre médico-anatomista de la nación», desde sus orígenes en su localidad amusqueña natal hasta su encumbramiento en la ciudad italiana de Roma

Portada de la obra ‘Composición del cuerpo humano’, la más importante del anatomista amusqueño - Foto: DP

En 1525, nacía en la localidad palentina de Amusco el que sería el médico anatomista más relevante de la historia durante la época renacentista y moderna de la civilización europea. Se cumplen por tanto quinientos años del nacimiento de una de las personalidades con mayor repercusión de la historia científica de nuestro país y con ello, la de un personaje tan relevante y significativo, que con sus grandes aportaciones fue capaz de romper y revolucionar hasta tal punto la anatomía y la ciencia médica que personas del calado de Juan Luis Arsuaga director técnico del Museo de la Evolución de Burgos lo sitúan como el representante científico nacional más destacado tras la figura de Ramón y Cajal.

Una efeméride que motiva el repaso de algunos de los hechos y etapas más destacadas de su biografía, así como un resumen final de las repercusiones a nivel internacional de su obra y la repercusión que hoy mínimamente comienza a hacer algo de justicia a la figura de Juan Valverde.

PRIMEROS PASOS. En el momento de su nacimiento en 1525 y hasta su marcha de la localidad palentina en torno a 1542, Amusco seguía siendo el solar y la casa madre de la insigne familia de los Manrique. Que en torno a un siglo antes y gracias a las figuras de Pedro Manrique IV y de su esposa Leonor de Castilla habían completado el proceso de expansión por buena parte de la provincia palentina. Y que de una u otra manera ayudarían al pequeño

Imagen del historiador Juan Jesús AcostaImagen del historiador Juan Jesús Acosta - Foto: DP

Valverde a realizar y materializar sus sueños de viajar a la cuna del renacimiento y de revolucionar la medicina mundial.

En Amusco, el niño Juan Valverde aprende de manera profunda la lengua romance  que «se vociferaba por los niños de la villa en las calles y plazas que unían la Iglesia de San Pedro a la ermita de nuestra señora de las Fuente y al hospital de peregrinos de San Millán de los Palmeros», además en la villa de Amusco parece que de algún modo ya se intuían y pudo ejercer la medicina y comenzar al menos a ser consciente de sus innatas habilidades y capacidades,

Además del enorme interés personal por los campos médicos y anatómicos. Recordando que antes de marcharse a las ciudades del norte de Italia con la edad de 17 años había terminado sus estudios de Filosofía y Humanidades en la Universidad de Valladolid.

NORTE DE ITALIA. En 1542 nuestro protagonista viajó por fin al norte de Italia en concreto a la bella ciudad de Padua, donde ejercía como principal profesor de anatomía Andrea Vesalio, nacido en Bruselas, de origen flamenco y que iba ser médico de Carlos I y de su hijo Felipe II. Había estudiado en las universidades de Lovaina y Paris. Posteriormente llegarían a esta ciudad Colombo y Valverde.

Cabe recordar ahora que la medicina seguía los planteamientos de Galeno, médico de la antigüedad (famoso por sus curas de las heridas de gladiadores, que le llevarán a ser médico de Marco Aurelio) y que fueron asumidos por la medicina medieval, manteniendo errores importantes a nivel anatómico y médico debido a que este autor basó sus estudios en conocimiento de la medicina animal y en la realización de vivisecciones en animales. Errores que serán mejorados bajo las aportaciones de estos tres grandes autores y en especial del anatomista amusqueño.

Por otro lado, debo destacar la especial contribución de médicos y anatomistas españoles que en esos mismos tiempos y saliendo de su tierra natal alumbraron buena parte de la nuevas y revolucionarias tesis médicas por Italia y por muchas de las cátedras universitarias más importantes de Europa, como fueron las figuras, además de nuestros tres protagonistas de Andrés Laguna, Luis Vasseo, Luis Lobera, Miguel Servet, Bernardino de Montaña, Pedro Gimeno, Luis Collado, Juan Sánchez Valdés de la Plata y muchos otros, que al igual que Valverde han pasado desapercibidos de las páginas de nuestra historia.

ROMA.  En torno al 1548, el Papa Paulo III, pidió a Realdo Colombo que se trasladase a Roma y que participase en el equipo de cirujanos que lo atendían diariamente, asumiendo desde este hecho la cátedra de la Universidad Papal de Roma, y siendo acompañado por el que había sido su gran aprendiz en el norte de Italia y amigo Juan Valverde, con lo cual los dos se instalan en Roma muy cercanos al papa, a grandes cardenales y figuras de importante calado de la sociedad vaticana.
 Juan Valverde gozó y disfrutó de la enseñanza de la medicina en el Hospital Espíritu Santo como clínico y vinculado con Colombo a la Universidad, ampliando sus conocimientos anatómicos y de cirugía. Desde la cátedra «formó médicos para ser cirujanos y desde el hospital, formó cirujanos en el arte de tratar úlceras, fracturas y luxaciones».

En estos primeros compases en Roma destaca su relación con el cardenal Girollamo Verallo y que le ayudó y promocionó su primer tratado de salud en 1551, «De animi el corporis sanitate tienda libellus». Además participó en la autopsia del Cardenal Cibo de la familia Medicis. Y conoció al que será su gran protector y amigo D. Juan Álvarez de Toledo, hijo del duque de Alba y arzobispo de Santiago y posteriormente Inquisidor General en Roma y una de las personas más influyente en los círculos vaticanos.

Y por último en Roma destacar la publicación de su gran trabajo en 1556, su tratado anatómico Historia de la Composición del Cuerpo Humano, el que sería el Manual médico y anatómico más completo, leído y traducido durante casi tres siglos, y más innovador y rupturista con la tradición médica anterior de la historia.

Corrigió a Vesalio, en algunas de sus tesituras, también a su querido amigo y maestro Colombo y sobre todo rompió con los planteamientos médicos galénicos para la historia de la humanidad.
Dedicó esta primera edición de su gran obra a su protector Fray Juan Álvarez de Toledo, destacó sus gran relación con el papa Paulo IV que le otorgó dos Bulas (una de ellas de excomunión a quién osase copiar el tratado del amusqueño y otras de grandes privilegios para la Cofradía de la Ermita de Amusco de la que Juan Valverde formaba parte) y terminó dedicando su segunda edición, nada menos que al gran rey español Felipe II.

REPERCUSIÓN. La obra de Juan Valverde se publicó en más de 16 ocasiones traducida al menos a cuatro idiomas desde su original en legua romance. Al latín, al italiano, holandés y finamente ya en el siglo XVIII al griego.
Creando con su publicación un lenguaje médico y anatómico propio y como muchos de los autores destacan, un verdadero manual para los médicos y sangradores de la época y un auténtico compendio de ciencia y arte.

Además por primera vez Valverde describió el itinerario de las arterias intracraneales, aportó multitud de innovaciones sobre huesos y músculos en la cara, abdomen y piernas, y demostró finalmente la existencia del circuito inferior de la sangre. 

Además de describir patrones neuroanátomicos no descubiertos hasta entonces, o el importante legado sobre aspectos relativos a la fecundidad y relativos a la anatomía humana (como se observa en la imagen del desollamiento humano, posiblemente una instantánea que se copia del martirio de San Sebastián).

 

La divulgación del médico a día de hoy 
Es incomprensible y muy difícil de entender como esta figura o la de Vesalio han pasado totalmente desapercibidas por la Historia y, en especial, en el caso del amusqueño por la historia médica española. Vesalio apenas tiene un nombre en una protuberancia del hueso escafoides, Juan Valverde ninguno.

Por tanto, es de agradecer la exposición llevada a cabo en el museo de la Evolución de Burgos del año pasado 2024, y la actual que se inició en noviembre del año pasado y que durará hasta inicios de marzo de 2025 en la Biblioteca Nacional. El historiador Juan Jesús Acosta divulgó sobre la figura de JuanValverde de Amusco al abrigo del ciclo El médico, el obispo y el pintor delMuseo de la Evolución de Burgos. Asimismo, su ponencia sirvió no solo para poner en valor la figura del médico-anatomista, sino también para valorar sus aportaciones al mundo de la medicina al tiempo que aportó información adicional sobre su biografía. 

También cabe destacar los esfuerzos de este humilde servidor que desde 2022 con su ponencia en la Semana Cultural de la Fiesta de los Pastores organizada por la Asociación de jubilados y pensionistas de Amusco, inició un camino de divulgación en todos los medios ( radiofónicos y escritos posibles) y conferencias (la del Museo de la Evolución de Burgos citada anteriormente) que han ayudado al conocimiento y realizar algo de justicia a una figura como la Juan Valverde.

«De las aportaciones de nuestras figuras, de la relevancia que alcanzaros, nos priva como sociedad y humanidad de avanzar y de hacer justicia de nuestro impresionante legado a la historia de la humanidad», reivindica en este periódico el historiador. Cabe señalar que esta cabecera ya dedicó varias páginas a la puesta en valor y divulgación del médico.