Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Tomar medidas

01/05/2024

Cuando un restaurante lleva unos pocos meses abierto, tiene una ambiciosa comunicación por redes y medios en la que pretende consolidarse como referencia gastronómica de la ciudad, es relativamente bonito… y resulta un auténtico fiasco… tiene dos grandes problemas que arreglar; el primero, solucionar el empezar la casa por el tejado, y el segundo, revisar los cimientos y estructura que debe sostener el edificio, es decir, qué está ofreciendo, cómo lo está cocinando, cómo lo está sirviendo y quienes lo están haciendo. Me encontré recientemente como cliente con esta incómoda situación. Acudí a un restaurante animado por la novedad, a pesar de que la carta vista en su web no me parecía especialmente sugerente y de haber leído ciertos comentarios de lo lento que es el servicio. También sospechoso el haber leído muchos comentarios alabando las bondades y, cuando hay muchas más reseñas de lo que en esa ciudad tienen los restaurantes con menos de medio año abierto, y se combinan los muy negativos con las loas excesivas, tengan claro que parte de estos son 'comprados'. Y, ¿Cómo fue la experiencia? Pues todo lo mala que cabía esperar. Un sábado en el servicio de comidas, medio comedor ocupado, un servicio lento y despistado, sin organización de rangos para los camareros, servicio de bebidas y desbarase sin bandeja, platos de carta que no tenían y hubo que pedir otros (horrorosa planificación para el fin de semana, evidentemente). La comida nos mostró claramente la desidia de quien dirige la cocina; las anchoas servidas con menos gracia que he comido jamás y unas gambas sosas de entrantes, y tras una espera de media hora de reloj, unos platos principales que llegan fríos a la mesa; unas croquetas para alicatar las paredes del estómago por dentro y un pescado de ración de menú del día servido sobre un puré de calabaza desligado y una guarnición de verduras cocidas, no sofritas. Lamentable, como la oferta de vinos supuestamente brillante según ellos mismos anuncian en su Instagram. Así que, por el bien del presente y futuro inmediato del negocio, y de los empleados que sí quieren trabajar y aman esta profesión, rápidamente los responsables o propietarios deben tomar medidas drásticas. ¡Qué decepción más grande!

ARCHIVADO EN: Gastronomía, Instagram