Las plazas llenas de niños jugando, la totalidad de las mesas ocupadas en los bares o la calle repleta de sillas sobre las que sentarse a charlar son imágenes que se repiten cada verano en los pueblos de la provincia. Si bien no es una situación que se mantenga a lo largo del año, la llegada del período estival y sus consiguientes vacaciones y buenas temperaturas traen consigo una movilización significativa desde la ciudad al medio rural.
En el caso de Palencia, esta movilización se traduce en más de 100.000 veraneantes a lo largo de su geografía provincial (sin tener en cuenta la capital), de acuerdo con los datos de la última Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales (EIEL) elaborada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
Dicha encuesta refleja un aumento sustancial de la población estacional en sus máximos puntos, que tienen lugar en los meses de verano. En este sentido, la provincia pasó de contar con 79.396 empadronados en el conjunto de los municipios rurales a albergar a 181.064 personas a lo largo del estío. Es decir, los pueblos experimentaron el pasado año un incremento de más del doble del padrón habitual con los denominados veraneantes en sus semanas de mayor afluencia.
Tomando como referencia los municipios con un padrón superior a los 1.000 habitantes (atendiendo a las cifras recogidas en la citada encuesta), la localidad con mayor aumento absoluto fue Guardo, donde el pasado año se movilizaron 6.241 personas, pasando de una población habitual de 5.551 vecinos a 11.792. A continuación se encuentra Aguilar de Campoo, con 6.044 veraneantes más, aumentando de 5.956 empadronados a 12.000 viandantes en verano.
Otro crecimiento significativo lo experimentó la localidad de Barruelo de Santullán, donde la población estacional fue en 2023 de 6.746 personas. Teniendo en cuenta que el padrón en dicho año se fijó en 911, el incremento fue de casi siete veces más.
Independientemente de que se trate de una población más o menos pequeña, hay casos en la provincia en los que la subida ha sido exponencial. Un ejemplo es la localidad de Revilla de Pomar, pedanía de Pomar de Valdavia, donde, en el pasado período estival, los residentes temporales multiplicaron por 1.600 al padrón municipal. Y es que se pasó de los 25 habitantes censados hasta los 400 en la época de mayor flujo de visitantes.
Un caso similar se puede encontrar con Báscones de Ebro, pedanía de Berzosilla, donde se registró el pasado verano una subida de más del 2.960% con respecto a la población habitual. Y es que se pasó de los 3 vecinos empadronados a los 89. Siguiendo esta línea, Verdeña, pedanía de Cervera de Pisuerga, aumentó su vecindario un 1.400 por ciento, de los 7 a los 98.
Cabe resaltar que, de la totalidad de localidades, solamente dos mantuvieron estable su padrón, sin ningún incremento durante el verano. Se trata de Orbó, perteneciente al municipio de Brañosera, donde, a lo largo del año, el número de habitantes quedó fijado en 20; y Cardaño de Arriba, perteneciente a Velilla del Río Carrión, donde fue de cinco.
Incidir en que las cifras recogidas en la citada encuesta pertenecen a la totalidad de municipios (a excepción de la capital) de Palencia, incluyendo localidades, pedanías e, incluso, barrios dependientes de otras administraciones locales. De esta forma, el Ministerio de Política Territorial computa la información de 444 núcleos urbanos.
EVOLUCIÓN. Pese a la sangría poblacional que sufren las localidades de la denominada España vaciada, el número de movilizaciones en verano ha aumentado en el último lustro en Palencia. Entre 2018 y 2023 hubo 409 personas más que se desplazaron a poblaciones rurales durante estos meses. En concreto, el dato de 2018 fue de 180.655.
Sin embargo, el padrón de los últimos cinco ejercicios ha sufrido un descenso de 3.000 habitantes, pues en 2018 era de 82.396.
La tendencia en Palencia ha seguido una doble vertiente contrastada en la última década. Mientras que los desplazamientos vacacionales han ido subiendo progresivamente con el paso de los años, el padrón ha evidenciado la pérdida de población en los municipios rurales.
Así, los pueblos palentinos han perdido más de 8.000 habitantes habituales desde 2013, a la vez que han ganado casi 2.000 veraneantes más a repartir entre los 190 municipios de la geografía provincial. Los datos recogidos por la adminstración central hace diez años fueron de 87.526 habitantes en el padrón rural y de 179.586 en las semanas de mayor afluencia.
VIVIENDAS. La Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales muestra también los inmuebles que tiene cada municipio. En términos de vivienda, los datos del Ministerio de Política Territorial registraron un total de 60.051.
En este sentido, se puede ver un aumento en el número de moradores por vivienda en las épocas en las que la población máxima estacional alcanza su máximo. Y es que si el padrón habitual en el conjunto del medio rural es de 79.396, la media de habitantes por casa es de 1,32; pero, llegada la época con mayor afluencia, la cifra prácticamente se triplica, hasta llegar a los 3,01 residentes por vivienda.
Más del 30% del parque inmobiliario de la provincia se encuentra concentrado en trece localidades: Grijota, Baltanás, Cervera de Pisuerga, Carrión de los Condes, Saldaña, Paredes de Nava, Barruelo de Santullán, Dueñas, Herrera de Pisuerga, Venta de Baños, Aguilar de Campoo, Villamuriel de Cerrato y Guardo. De acuerdo con la EIEL, entre todas ellas suman un total de 23.363 de las 60.051.
Cabe destacar que la capacidad del medio rural para albergar a los arribados se ve incrementada gracias a los hoteles y las casas rurales que se extienden a lo largo de la provincia. Así, el Ministerio de Política Territorial contabiliza 2.804 plazas hoteleras y otras 2.413 de casas rurales, dejando un total de 5.217 unidades habitacionales a mayores de los inmuebles.