Dice un dicho que todos los días queso, y uno al año. Una buena oportunidad de acercarse a este comestible lácteo, fuente importante de calcio, fue para sus amantes y aquellos que no lo son tanto, la feria organizada en Frómista y que ayer, en su trigésima edición, reunió a 39 expositores, locales algunos de ellos como queserías de Lantadilla, Lagunilla de la Vega, Villaumbrales, Carrión de los Condes y Frómista, y también procedentes de provincias como Badajoz, Cantabria, Asturias, Burgos, León o Valladolid, bajo el hándicap de unas elevadas temperaturas que no lograron amilanar a los visitantes. Hubo también oferta de otros productos alimentarios como embutidos, reposterería, orujos y licores, miel, dulces o carnes, así como artesanía local. 

 «Es uno de sus principales eventos anuales; el primero, por supuesro las fiestas populares de San Telmo y el Ole», afirmó el alcalde, Feliciano Montes, quien incidió en que la del queso es una feria «consolidada y muy animada, que mueve gente del entorno. El año pasado se calcula que fueron unas 5.000 personas, que para un pueblo de 700 habitantes está muy bien», comentó en los instantes previos a la inauguración oficial.

La Villa del Milagro reforzó su Feria del Queso con la celebración el sábado del  I Festival del Vino del Camino de Santiago, que tuvo lugar en el paseo central de la localidad respaldado por la asistencia de unos 250 inscritos, y música en directo. Participaron seis denominaciones de origen (DO), cuatro de ellas relacionadas con la ruta jacobea (Navarra, Rioja, León y Bierzo) y las dos palentinas (Arlanza y Cigales). «Son las dos DO invitadas, que hay que hacer un poco de patria», detallóMontes, quien calificó de éxito la convocatoria. Se dieron cita las bodegas Valdesneros (Torquemada, Arlanza) y Remigio de Salas (Dueñas, Cigales) y Detilio Boutique, de Santillana de Campos, que está bajo el paraguas de la iniciativa geográfica protegida (IGP) vinos de la tierra de Castilla y León. La entrada dio derecho a seis degustaciones y tres pinchos.