Paseando por Saldaña simplemente por placer, o acudiendo a su mercado semanal de los martes, o complementando en su Museo de San Pedro la visita a la siempre viva Villa Romana L a Olmeda, nos hemos acostumbrado desde siempre a, cuando elevamos nuestra mirada, toparnos de lleno con el altozano que alberga las ruinas del que fuera importante castillo de los Condes de Saldaña, siempre sus dos torres desmoronadas resaltando del conjunto de la construcción y algunos restos más del mismo y de sus murallas.
Bien, pues tras diferentes acciones emprendidas a lo largo de los años por parte de diferentes asociaciones culturales, mociones presentadas en el Ayuntamiento por algún partido político, grupos de vecinos e iniciativas populares, entre otras, tratando de que lo que queda del castillo fuera patrimonio de todos los saldañeses, estos días hemos conocido la feliz iniciativa de que ha surgido en la localidad una fundación que se ha hecho con la propiedad de esta fortaleza medieval.
Se trata de la Fundación Castillo de Saldaña que, bajo la máxima de que el Castillo de Saldaña es para todos los saldañeses, se ha liado la manta a la cabeza y ha comprado la propiedad de la finca donde se encuentra el mismo, con el fin de poner en valor este castillo, tratando de rehabilitarlo y acondicionarlo para que, a su vez, pueda acoger en su seno un museo, o un centro de interpretación, o un mirador panorámico, etc.
Todo ello buscando la conservación de una fortaleza del pasado que escribió la historia de la comarca y gozó de un gran prestigio en los límites territoriales de su dominio en sus épocas de mayor esplendor. Porque es una pena a ojos vista que un bien patrimonial que en su día fuera declarado bien de interés cultural, se encuentre actualmente incluido en la lista roja del patrimonio en peligro de España, de la asociación Hispania Nostra. Así que, un hurra para esta Fundación Castillo de Saldaña, que ha tomado como suya esa rehabilitación y puesta en valor de emblemático castillo, para su legado en condiciones óptimas a las generaciones venideras. Suerte en la misión emprendida, porque la empresa no será fácil de llevar a cabo.