«Como mejor me expresaba era cantando»

Fernando Pastor
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Manuel de la Tomasa, heredero de una histórica dinastía flamenca, trae su arte a Palencia este viernes en una actuación íntima dentro de la Gira Flamenca del Norte. Reconocido por su cante, promete «poner el corazón» para disfrutar junto a

CIEN X CIEN FLAMENCO - Foto: CIEN X CIEN FLAMENCO

Este viernes, a las 20 horas, dará comienzo la VI edición del Festival Flamenco de Palencia, enmarcado en la Gira Flamenca del Norte, proyecto cuyo objetivo es mostrar el arte flamenco lejos de su hábitat natural y en el que Palencia será, una vez más, sede, junto a Logroño, Vitoria y Santander. La gala inaugural corre a cargo del sevillano Manuel Georgio Fernández, conocido artísticamente como Manuel de la Tomasa, último exponente, por ahora, de una larguísima dinastía de cantaores. Como novedad, esta gala de inauguración no tendrá lugar en el Teatro Principal (sede del festival), sino en la taberna del hotel Castilla Vieja, en una actuación intimista, sin equipo de sonido.

Usted ha vivido el flamenco desde que nació. La tradición flamenca de su familia es impresionante

Tengo el orgullo de provenir de una de las dinastías más importantes y prolongadas del flamenco. Por línea paterna, provengo de una larga dinastía de cante: podría remontarme más atrás, pero, por empezar, con mi tatarabuelo Pepe Torre, su hermano Manuel Torre, mi bisabuela Tomasa Soto La Tomasa, mi bisabuelo Manuel Georgio Pies de Plomo, mi abuelo José de La Tomasa, mi tío Gabriel de La Tomasa… Por línea materna, mi bisabuela Lucía era sobrina de Manuel Vallejo. Por todo ello, a mí me ha nacido el cante de una manera natural y bonita. Lo considero un regalo y estoy muy feliz de donde vengo.

Sin embargo, sus primeras actuaciones fueron tocando la guitarra

Sí, porque de pequeño era más reservado y tímido para cantar, y con 14 o 15 años aprendí a tocar la guitarra. Pero poco a poco se me fue despertando el cante, que lo tenía guardado, y, de forma natural, vi que como mejor me expresaba era cantando y decidí tirar por el camino del cante. Entonces, con 17 años, mi abuelo José, que me había escuchado un poquillo cantar soleares, me llevó con él a cantar a la Peña Flamenca de Jaén y me dijo que hiciera yo un cante por soleá. Yo me puse loco de contento de que mi abuelo me diera la oportunidad de subirme a un escenario por primera vez. Y hasta ahora, sin parar de cantar. Estoy muy feliz con lo que hago, es mi vida porque es mi mejor forma de expresarme. Aunque la guitarra la dejé un poco de lado, la utilizo todos los días porque me sirve para estudiar los cantes.

¿Con qué palos se siente más a gusto?

Depende del momento. Me puedo sentir cómodo con cualquier palo porque me gusta mucho escuchar el cante y llevármelo a mi forma, ponerle corazón. Mi abuelo dice que las seguiriyas son la bandera de nuestra casa; es un cante que tenemos de manera natural.

Usted está teniendo muchos reconocimientos

El pasado año recibí el Madroño Flamenco en el Festival de Montellano y el premio a la seguiriya de la Bienal de Sevilla. Pero el mejor premio que puedo tener es el cariño de la afición, del público y de los artistas que admiro.

De los lugares en los que ha actuado, ¿cuál destacaría?

El Teatro Alameda, dentro de la Bienal de Sevilla el pasado mes de septiembre. Era mi primera actuación en la Bienal y fue una noche muy especial y muy bonita.

¿Qué opina de la Gira Flamenca del Norte, que lleva el arte flamenco a zonas en las que no es muy frecuente escucharlo por estar alejadas de su hábitat natural?

Me parece genial, maravilloso. El flamenco es una música que otorga al artista la capacidad de transmitir, de llegar al corazón. El público, aunque no conozca esta música, capta la sensibilidad. Es genial que el flamenco llegue a todos los lugares del mundo porque es una música que tiene una forma de expresión muy bonita. Además, desde hace un tiempo, en el norte de España, hay una grandísima afición al flamenco. Yo he cantado por el norte y me han acogido grandísimos aficionados con mucho cariño y un trato muy especial.

En Palencia actuará en la taberna del hotel Castilla Vieja y sin equipo de sonido. Podremos escucharle a viva voz

Antonio Benamargo (el promotor de la gira) me ha comentado que es un lugar muy íntimo. Estoy muy contento y con muchas ganas de estar en Palencia, que es la primera vez que canto ahí.

¿Cómo ve el presente y el futuro del flamenco?

El presente lo veo muy bien. Hay una generación joven que estamos ahí tratando de luchar por nuestro sueño, nuestra vocación, y eso nos hace sentir plenos. Tratamos de aportar nuestro granito de arena. Hay que mantener la esencia y cuidar y admirar a los maestros que nos quedan. Respecto al futuro, yo creo que el flamenco siempre está ahí, está vivo. Somos nosotros los que tenemos que tratar de transmitirlo y seguir andando el camino.

¿Un mensaje para el público palentino que le espera?

Decirle a toda la afición de Palencia que el viernes 17 estaremos allí para poner nuestro corazón, disfrutar y pasar un rato bueno de cante.