Uno de los grandes duelos del clásico de mañana estará en la banda izquierda del ataque del Real Madrid y la derecha defensiva del Barcelona. Una nueva edición del enfrentamiento entre Vinícius y Ronald Araújo a la que ambos llegan en momentos diferentes: el brasileño tras imponerse con claridad en el último precedente y el uruguayo, en el foco, después de su expulsión contra el Paris Saint-Germain.
'Vini' acabó con su 'criptonita' en la pasada final de la Supercopa de España. Tanto Araújo como Kyle Walker -al que se midió el pasado miércoles- han sido los defensas que mejor han contenido al extremo en los días grandes. Sin embargo, este ya ganó una batalla contra el 'charrúa'.
El atacante merengue llegó a la final de la Supercopa de España con el recuerdo de un clásico dos meses y medio atrás en el que el zaguero blaugrana pudo con él. Sin remates a puerta ni regates exitosos en el duelo individual. El global, eso sí, se lo llevó el Real Madrid 1-2 con un doblete de Bellingham.
Una actuación por debajo de su nivel habitual de la que pudo resarcirse con creces el 14 de enero. Xavi Hernández colocó de nuevo a Araújo como lateral derecho para contener a Vinícius, pero esta vez no funcionó.
'Hat-trick' del brasileño, que también forzó la expulsión de su hasta ahora 'antídoto' por doble amarilla. La primera por un penalti y la segunda en una falta cometida sobre él mismo.
Una expulsión que también vio el central culé en el reciente partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el PSG. Con dos goles de ventaja para el Barça en la eliminatoria, el uruguayo cometió una falta fuera del área que dejó a los suyos en inferioridad.
Una acción que marcó el devenir del cruce y que criticó su compañero Ilkay Gündogan tras acabar un choque que se saldó con la eliminación del Barcelona. Y Araújo mandó un mensaje. «Prefiero guardarme para mí lo que pienso. Tengo códigos y valores que creo que hay que respetar», aseguró.
Una Liga de Campeones que ha pasado factura a ambos equipos, pero de forma bien distinta. Al Barcelona con una despedida dolorosa y al Madrid en el aspecto físico. Los de Carlo Ancelotti resistieron el asedio del Manchester City durante el tiempo reglamentario y la prórroga y se acabaron imponiendo en la tanda de penaltis. Momento decisivo al que Vinícius no llegó. Exhausto tras 102 minutos e instantes después de que Walker le ganara una carrera al espacio, fue sustituido. Se echó al terreno de juego con problemas musculares que no fueron más que cansancio, ya que ayer entrenó con normalidad.
Mañana vuelven a verse las caras el extremo merengue y el central azulgrana en un enfrentamiento que puede sentenciar LaLiga para el Real Madrid o mantener con vida al Barcelona.