Dos guerras mundiales, una república, una guerra civil, una dictadura y 27 años bisiestos (que con este serán 28) son algunos de los recuerdos que se esconden en los 109 años que hoy cumple Ignacia Heras, natural de Santervás de la Vega.
No caben las velas en su tarta de cumpleaños, que sopla alegre desde la residencia de mayores El Castillo, en Saldaña, donde reside desde los 103 años. Hasta esa edad estuvo viviendo en casa junto a su hijo Agustín. «He tenido mucho sufrimiento, pero ahora tengo la gran recompensa de vivir tranquila y feliz en la residencia», manifiesta.
Ignacia está en lo alto de un árbol genealógico compuesto por seis hijos, ocho nietos, diez biznietos y dos tataranietos. Era la mayor de seis hermanos (cinco mujeres y un hombre, quien murió a una edad temprana), todos ahora fallecidos. Hasta hace unas semanas convivía en la residencia con su hermana Jesusa, de 102 años. «Me da mucha pena que no hayamos cumplido años las dos», lamenta Ignacia, pues ambas nacieron en febrero.
Su infancia no fue nada fácil. A los quince años murió su madre y le tocó quedarse al cuidado de sus hermanas, compaginando el trabajo de casa con el del campo. «La Guerra Civil fue mi plan de vida», relata de forma reflexiva. Y es que, durante esos años, se casó con su primer marido. «Nada más contraer matrimonio le mandaron a la guerra. Estuvo tres años, pero no le pasó nada», detalla, haciendo gala de su gran memoria. «Tuvimos dos hijas y, cuando una tenía cuatro años y la otra seis, se murió», recuerda con dolor. La familia aumentó tras casarse con su segundo esposo, con el que tuvo cuatro descendientes más.
Si bien la I Guerra Mundial estalló cuando apenas tenía unos meses, la segunda se desató a sus 24 años. Ignacia recuerda lo que por aquel entonces se escuchaba de la contienda bélica: «había muchos muertos y mucha guerra». «Cómo no voy a recordar aquellos años. Lo que ocurre es que ahora lo vivo de otra manera», añade pensativa la cumpleañera, quien también ha presenciado otros muchos acontecimientos como la gripe española de 1918, la Guerra del Rif o el reinado de Alfonso XIII.
Las «tragedias» que Ignaica ha vivido no la han impedido viajar y disfrutar de cerca el crecimiento de su familia. «Un hijo se casó en Alemania y otra en Suiza. Acudí a ambas bodas», menciona. «He ido a varios sitios y he disfrutado de todo: bautizos, casamientos...», subraya emotiva.
Todos estos momentos se acumulan en una memoria que, si bien ya tiene 109 años, sigue funcionando perfectamente. «Tengo muchos recuerdos, malos y buenos, como todos en la vida. No sabría cuál contar», enfatiza.
SU VIDA ACTUAL. Iganica agradece «la tranquilida» con la que vive en la residencia saldañesa, su hogar desde hace seis años. «He tenido muchas desgracias y penas en la familia, pero, ahora, me está recompensado la vida», confiesa. «Me cuidan muy bien y no doy mucho que hacer», reconoce.
Entre sus aficiones se encuentra el calculo mental, otra prueba de lo bien que sigue funcionando su cabeza. Y es que, tal y como cuenta, continúa haciendo sumas, restas e, incluso, multiplicaciones casi a diario. De esta forma entrena la cabeza y puede seguir trasnmitiendo sus muchos recuerdos y vivencias con la infinidad de detalles con los que lo hace. «También hago gimnasia», agrega.
A pesar de vivir en El Castillo, Santervás de la Vega sigue siendo un lugar importante para Ignacia, quien no desaprovecha para visitarlo cada vez que puede. «Una hija mía que vive en Barcelona me lleva a su casa cuando viene aquí. Suelo ir a pasear con ella cuando hace buen tiempo», relata.
Ignacia confiesa que «la vista ya le va fallando». «Con la vejez siempre hay cosas», afirma la más que centaria, aunque matiza que por lo demás «no tiene dolores».
Los 109 años que hoy cumple Ignacia son el reflejo de una vida completa, llena de altos y bajos, en la que las «desgracias» y las «alegrías» han estado más que servidas. La centenaria se muestra «agradecida» por la vida que lleva ahora y deja una reflexión para todos: «cada uno tiene su historia y su vida». Así resume sus casi once décadas de vida en un día tan especial como su centésimo noveno cumpleaños, en el que seguro que su hermana Jesusa está presente desde el cielo.
«A mis hijos les digo que haber si llegan a mi edad», concluye entre conmovedoras risas Ignacia Heras, a quien, desde Diario Palentino, mandamos también una afectuosa felicitación por su 109 cumpleaños.