Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Así que pasen cinco años

08/08/2024

La referencia no es a la obra teatral de Federico García Lorca, sino al periodo en el que la renovación del Consejo General del Poder Judicial ha estado secuestrada por el PP con un sinnúmero de excusas, que finalmente pudo ser desbloqueada por una inusual mediación de la Comisión Europea, que derivó en una cesión por parte del Gobierno al renunciar a aplicar el sistema de elección de los vocales vigente basado en las mayorías parlamentarias, para acceder a que PSOE y PP nominaran cada uno a una decena de los veinte vocales que lo integran, en aras de una presunta despolitización de la justicia como exigía el partido conservador. El nuevo CGPJ disponía de una semana para nombrar al presidente del órgano de gobierno de los jueces, y no lo hay ni previsiones de que lo haya.  

Después de tres reuniones, los vocales han sido incapaces de cumplir con ese primer mandato y el CGPJ se encuentra en la misma situación de bloqueo que antes de su renovación dado que las decisiones importantes, las relativas a los nombramientos de jueces de los altos tribunales, por ejemplo, deberán adoptarse por mayoría cualificada de doce vocales, lo que supone la ruptura de los bloques y la necesidad de que se adopten por consenso. Lejos de eso, el nuevo mecanismo de votación ha demostrado que se puede convertir en un instrumento que perpetue los vetos.

La causa de que haya sido imposible la elección del presidente el CGPJ y del Tribunal Supremo es la falta de acuerdo sobre la persona que ha de encabezar la institución, con candidatos propuestos por cada uno de los bloques, todos magistrados del Tribunal Supremo con currículos de prestigio, con la salvedad de que los progresistas presentan la candidatura de tres juezas y consideran que es el momento de que una mujer dirija el órgano de gobierno de los jueces por compromiso político y porque son mayoría -un 57%- en la carrera judicial.

Pero lo que subyace es que los vocales de extracción conservadora se resisten a que sea una persona progresista la que cuente con el voto de calidad en aquellos asuntos en los que tenga que decidir un desempate, es decir, tratan de evitar que se llegue a la misma situación que impidieron mediante el bloqueo de la renovación. Eso sí, sin dar explicaciones sobre su negativa a que una mujer presida el CGPJ, más allá de no votar a una candidata presentada por la otra parte.

Con las posiciones enconadas y con ambos bloques votando a sus candidatos, pueden pasar otros cinco años de bloqueo y con los problemas de la justicia sin resolver, porque seguirán sin cubrirse las vacantes de los jueces jubilados o muertos, y las carreras profesionales de muchos de ellos seguirán en vía muerta, mientras los vocales se dedican a resolver cuestiones laborales de trámite. Por ahora se han producido tres reuniones en busca de presidente y han pospuesto dos semanas la siguiente para ver si en este tiempo encuentran alguna salida al nuevo bloqueo.

La actitud de los vocales demuestra que más que la independencia de la justicia les sigue interesando su control, y de seguirse así cada nuevo nombramiento se convertirá en una batalla sin cuartel o en un nuevo intercambio de cromos para cubrir los puestos más relevantes de la judicatura, lo que equilibraría, eso sí, la presencia de jueces de talante progresistas en los altos tribunales.