El anhelo de un grupo de entusiastas de la naturaleza se ha hecho real este lunes. Cincuenta años después los linces han vuelto al Cerrato palentino con la suelta de 'Virgo' y 'Vuelvepiedras', los dos primeros ejemplares del programa de recuperación de la especie de la Junta de Castilla y León. Profesionales de la Consejería de Medio Ambiente y habitantes de los municipios del Cerrato palentino vieron cómo esta especie ha echado a correr por los montes de estas poblaciones, tras varios años de un arduo trabajo para la puesta en marcha del proyecto y de conseguir la unión y sensibilidad de la sociedad rural. Los dos ejemplares de este lunes son los primeros de un total de seis que se irán liberando poco a poco, algo que dependerá fundamentalmente del carácter y comportamiento de los animales, procedentes del programa de cría en cautividad de la especie, tal y como acordó hace unos meses el grupo de trabajo del lince ibérico, informa Ical.
«Este proyecto generará empleo, fomentará el turismo de naturaleza y promoverá actividades económicas vinculadas al medioambiente; además, contribuirá a posicionar a Castilla y León como un destino sostenible de primer orden», defendió el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, presente en la suelta de ambos ejemplares, que reiteró su compromiso «con la recuperación y conservación de especies para proteger el medioambiente y contribuir al desarrollo económico y social» de la Comunidad.
Los motivos fundamentales para proponer y solicitar esta área de reintroducción han sido la mayor abundancia de las poblaciones conejo y de cobertura de matorral, los mejores datos obtenidos de la actitud social ante la reintroducción y una mayor superficie de terrenos en la que se han firmado convenios de colaboración con el proyecto. Se trata del resultado del trabajo desarrollado por la Consejería de Medio Ambiente durante más de dos años en los territorios identificados de Cerrato palentino y de Cañones del Duero, en Zamora.
El anhelo del lince en Castilla y León
- Foto: Fernando Sanchís ICAL«El acto es histórico. El Cerrato y Palencia se convierten en el centro de la naturaleza de nuestro país. Nuestros campos recuperan a un felino como el lince, que es símbolo de nuestra fauna y de la recuperación de esta especie y es un orgullo lo que hemos conseguido medio siglo después entre todos», abundó el presidente de la Junta, que aseguró que el Ejecutivo autonómico está realizando todos los estudios técnicos previos para reintroducir esta especie en zonas ecológica y socialmente viables en la Comunidad, para lo que está buscando también financiación de los Fondos Next Generation.
«Aliado del campo»
Con la aprobación de la reintroducción de la especie en el Cerrato palentino se produce un hito en la recuperación del lince ibérico en la Península Ibérica. Se trata de la primera área de reintroducción en la mitad norte peninsular y se produce aproximadamente medio siglo después de la desaparición del lince de la Meseta Castellana. Para ello, la Consejería invierte dos millones hasta el 2026, tanto en infraestructuras para el desarrollo del proyecto como en mejoras de hábitat, tales como charcas, cercos para facilitar su adaptación y majanos y refugios para el conejo.
El anhelo del lince en Castilla y León
- Foto: Brágimo ICAL Fernández Mañueco reconoció que, entre otras cuestiones, «este felino es un aliado de la agricultura, ya que ayuda a controlar la sobrepoblación de conejos que dañan los cultivos». «También es compatible con la ganadería extensiva, ya que es un eficaz controlador de la densidad de distintos depredadores y potencia la caza menor, también de mustélidos como el hurón y la comadreja, y mejora las poblaciones de perdiz». Por su parte, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, también presente en la suelta, señaló que esta especie se ha convertido en un emblema de que «cuando una sociedad quiere, puede».
La referencia de Toledo
Los expertos apelan a seguir el ejemplo de reintroducción del lince en Montes de Toledo, donde el programa de reintroducción comenzó en 2014, y ya cuenta con casi un centenar de animales e incluso, se han convertido ya en donantes a otras zonas del país. Aunque la evolución no fue sencilla, pues en las primeras sueltas, los animales «se marchaban porque buscan a otros linces, hasta que finalmente se asentaron», explica el jefe de Servicio Central de Flora y Fauna, David Cubero. Por eso, advierte de que «no será nunca un fracaso que al principio se vayan, porque hasta el segundo o tercer año las hembras no fijarán el territorio, que tiene muy buena calidad».