En junio de 2021 recibió un gran noticia: su ascenso a la recién creada Segunda RFEF (la misma en la que milita el Palencia Cristo Atlético). Pocos días más tarde, el colegiado y doctor del Burgos CF, Antonio Rodríguez, le alertó del bulto que tenía en su brazo derecho. Le realizó una biopsia y los temores se confirmaron, le diagnosticaron cáncer, un sarcoma sinovial. Nueve meses después, tras amputarle una parte del brazo derecho y recibir tratamiento de quimioterapia, regresaba a los terrenos de juego para dirigir un partido de fútbol. Es la historia de David García de la Loma, un joven colegiado palentino, ejemplo de superación y entereza.
«Un año antes me salió un bulto, me lo extirparon, me lo analizaron y no se vio nada. En enero del pasado año me volvió a salir otro, incluso de mayor tamaño. Las pruebas del anterior seguían siendo negativas, pero en junio me realizaron una otra biopsia y me detectaron el cáncer, un sarcoma sinovial», recuerda. Una noticia que le llegaba pocos días después de la que recibió tras haber ascendido de categoría. «Lo primero que te preguntas es por qué a mí, si soy una persona joven, deportista, que me he cuidado, pero luego no queda otra que asumirlo, combatir la enfermedad y ponerme en manos de profesionales. Y así lo hice. EnPalencia poniéndome en manos del doctor Arranz, al que le tengo mucho que agradecer», señala.
David García de la Loma ha llevado todo este periodo con una endereza que a todos asombraba. «Hay que saber relativizar las cosas. Espero que mi caso ayude a muchos. Yo me he encontrado a personas que lo estaban pasando mal y les decía que me cambiaba por ellos. Me dijeron una frase que he hecho mía y que me ha ayudado en momentos de debilidad: perder para ganar».
vuelta. Tras meses muy duros con sesiones de quimioterapia en el Hospital río Carrión, David García de la Loma, todavía recuperándose físicamente, pidió el alta voluntaria, se incorporó a su trabajo, NTT data, una consultora informática en Valladolid y solicitó volver a arbitrar. No en la Segunda RFEF, sino poco a poco, empezando por el fútbol-base. «Tanto desde la Territorial, la RFEF, como del Comité Nacional de Árbitros no he tenido más que facilidades y apoyo, que hiciese lo que considerase oportuno, que volviese cuando y cómo quisiera. Todo lo que he pedido me lo han dado, facilitándome lo que fuese. Se han portado muy bien».
Para su regreso eligió un partido que pudiese tener asistentes que estuviesen arropándole. Y qué mejor que su propio hermano Sergio, también árbitro, y uno de sus mejores amigos, Rubén Díez, árbitro asistente de la Primera RFEF. ¡Mejor pareja, imposible! La fecha elegida para ese momento tan especial era el 19 de marzo pasado. El partido, un Club Internacional de la Amistad B-Cultural Leonesa B de la Segunda División regional cadete.
A las 10,30, hora y media antes del inicio del partido, se presentó en la instalación, conduciendo su propio coche (que ha tenido que adaptar con el importante gasto de su bolsillo que conllevó) acompañado de su novia, Sandra, que ha sido «un pilar básico para mí». Tras él, los jueces asistentes. Por cierto, aunque no quiera incidir en ello, porque entiende que haya otras prioridades, no se le ha concedido plaza de aparcamiento de minusválidos, cuando hay casos que casi se regalan. Hasta en eso es modesto David.
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