El Partido Socialista de Castilla y León ha zanjado en 48 horas los más de tres meses de refriega intestina por el liderazgo autonómico del partido. Despedida, aterrizaje y 'entronación' en poco menos de dos días para hacer bueno el dicho de 'a rey muerto, rey puesto'. Carlos Martínez se convertirá este jueves en el décimo secretario general del PSOE autonómico en democracia, sin pasar por el filtro de las primarias ni tan siquiera la necesidad de recoger avales. No hay rivales y el alcalde soriano cogerá las riendas de un Partido Socialista con varias costuras rotas tras una escaramuza de puertas para dentro que todavía falta por ver cuántas bajas políticas deja. La nueva era del PSOE autonómico arrancó este miércoles con la primera rueda de prensa de Carlos Martínez como secretario general en la que solo tardó cuatro minutos y medio en dibujar una raya en suelo para marcar distancias con la etapa 'tudanquista': «Era necesario un cambio de rumbo y un revulsivo para avanzar en el rearme ideológico».
Desde la Soria que le ha otorgado cuatro mayorías absolutas en los últimos 17 años, el regidor reconoció que eran muchas las voces que entendían que era «necesario abrir un proceso de cambio» con el que lograr un «préstamo de confianza» de la ciudadanía que permita al PSOE gobernar en Castilla y León tras cuatro décadas del Partido Popular. «Ni Soria es de derechas, ni Castilla y León es de derechas si somos capaces de presentar un proyecto que ilusione a la ciudadanía», resumió Martínez, que no tardó en ponerse el 'mono' de líder de la oposición en la Comunidad y confirmar su fin último de lograr «un cambio de rumbo necesario y urgente en las políticas de Castilla y León».
No fueron pocos los primeros mensajes en clave autonómica que dejó su incipiente oposición a Alfonso Fernández Mañueco: «No tiene un proyecto para Castilla y León, solo tiene un proyecto personal». Oposición que, al menos en las Cortes, tendrá que ser mediante un 'testaferro' político, al carecer Martínez del acta de procurador. Su objetivo ahora es «sacar a la luz» los «viejos problemas» que arrastra Castilla y León por las «nefastas políticas» del PP, al que acusó de buscar «falsos enemigos» en el Gobierno central para no enfrentar la «realidad». Frente a ello, avanzó que planteará una alternativa diferente para que dentro la «enorme diversidad» de la Comunidad se genere competitividad en «todos los territorios».
«Solo dejaré la alcaldía para ser presidente de la Junta»
No fueron pocas las veces que Carlos Martínez dejó claro durante su primera rueda de prensa como líder del PSOE autonómico que no tiene intención alguna de abandonar la alcaldía de Soria que ostenta desde hace más de tres lustros. Solo dibujó un escenario futuro en el que cedería el bastón de mando de Soria: «El punto de dejar la Alcaldía es asumir la presidencia de la Junta de Castilla y León. Si ganamos la Junta lo dejo». No obstante, consideró que Alfonso Fernández Mañueco está «muy cómodo en su diván» y auguró que el adelanto electoral autonómico se producirá «cuándo le convenga solo a él».
Carlos Martínez avanzó que en Soria se redoblarán esfuerzos «en ese cambio, en ese rearme ideológico» del PSOE para «dar respuestas a viejos y nuevos problemas» al tiempo que ha aseverado que su «responsabilidad institucional sigue intacta con la confianza de los sorianos». También confirmó que no se mudará a Valladolid por su nuevo cargo orgánico y avanzó su intención de convertir la ciudad de Soria en el centro de operaciones de su liderazgo al frente del PSOE autonómico.
«No soy sanchista»
Otro de los cambios escenificados por Martínez fueron los problemas que él ve más apremiante su resolución en Castilla y León:despoblación, mala ejecución de fondos europeos, ausencia de proyecto de Comunidad o el «repóker» de infraestructuras. Ni rastro de los viejos clásicos 'tudanquistas' como el diálogo social, la vivienda, la ley LGTBI, el aborto o la fiscalidad: «Entendíamos que el objetivo es el cambio de las políticas de la Junta y para eso hacía falta un rearme ideológico».
Tuvo prisa el nuevo líder autonómico en quitarse la etiqueta de 'candidato de Ferraz' y aseguró que no ha hablado con Pedro Sánchez para comunicarle su candidatura: «Yo no soy pedrista, ni soy sanchista, ni tudanquista, yo soy socialista». De hecho, recurrió al germen básico de la ideología socialista tradicional para defender su vocación «internacionalista» frente a la «involución» de las formaciones localistas y nacionalistas.
¿Qué pasa con Tudanca?
El estreno de Carlos Martínez como secretario general del PSOE autonómico estuvo marcado por un claro carácter integrador de todas las familias y sensibilidades socialistas, pero pocas certezas sobre lo que ocurrirá con la Ejecutiva socialista y el Grupo Parlamentario. «El nuevo equipo se decidirá en un futuro», dijo Martínez, que añadió que «no solo» recurrirá a los suyos:«Unos seguirán y otros se irán». Tampoco aclaró si Luis Tudanca, que consideró «se ha ganado el derecho a hacer lo que quiera», seguirá siendo o no el portavoz socialista en las Cortes, pero avanzó que su intención es integrarlo dentro de la nueva federación socialista: «Yo quiero a Luis en mi equipo por su conocimiento». Y tiró de símil futbolístico para zanjar que «unas veces te toca jugar de delantero y meter goles y otras de portero y defender».