El Ayuntamiento de Palencia ha despedido en nombre de la ciudad a Manuel Herrero, que ha ejercido como obispo en la Diócesis durante los últimos siete años y será sustituido por el sacerdote navarro Mikel Garciandia, que será ordenado nuevo obispo el próximo sábado.

La alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, y los portavoces de todos los grupos políticos y del Equipo de Gobierno han despedido este martes en el salón de plenos de la Casa Consistorial al agustino Manuel Herrero, en un sencillo acto que ha servido para agradecer la labor que ha realizado al frente de la Diócesis de Palencia.

La alcaldesa ha destacado el buen carácter de don Manuel Herrero que ha propiciado que la relación entre lo civil y lo religioso haya ido más allá de lo meramente institucional. "La relación ha sido francamente fácil, agradable y muy cordial", ha reconocido la alcaldesa en nombre de la ciudad de Palencia.

Andrés ha recordado que su vinculación con la ciudad va más allá de su labor como obispo de la Diócesis porque estudió en seminario agustino y le ha entregado una figura del Cristo del Otero como "símbolo protector de la ciudad de Palencia".

Un detalle que el ex obispo y administrador diocesano ha agradecido y aceptado como representante de la Iglesia y en nombre de su equipo. "Yo soy uno más", ha dicho.

Con una breve intervención Manuel Herrero ha destacado la labor de la Iglesia en la humanización de la sociedad, la labor educativa, la promoción de las familias y las obras sociales que hacen presente a la Iglesia en la sociedad y ha afirmado que lo importante es "ser buenos ciudadanos y buenos cristianos".

El agustino, titular de la diócesis palentina desde 2016 que había presentado en 2022 la obligada renuncia canónica al cumplir los 75 años, ha agradecido a los palentinos su acogida en este tiempo y ha prometido regresar en alguna ocasión.

De los palentinos se despidió el pasado domingo con la celebración de una eucaristía en la catedral de Palencia y el próximo sábado tendrá lugar la ordenación del nuevo obispo de Palencia, el sacerdote navarro Mikel Garciandia, de 59 años, también en la catedral de Palencia.