La denominada Autovía de la Meseta (A-67), que une Palencia con Cantabria a lo largo de 203 kilómetros, de los que 113 pertenecen a la provincia palentina, quedó abierta al tráfico en su totalidad el 28 de julio de 2009, por lo que acaba de cumplir 10 años después de una inversión global de más de mil millones de euros que permite circular entre Palencia y Santander en poco más de hora y media. Y, lo que es más importante, no solo ha supuesto una mejora en las comunicaciones con la Comunidad vecina, sino que la siniestralidad vial se ha reducido enormemente desde que esta vía de alta capacidad se puso en servicio. De hecho, si en 2018 murieron ocho personas en todas las carreteras palentinas, la A-67 ha contabilizado 15 pero en diez años, es decir, una media de 1,5 fallecidos por año.
La A-67 fue inaugurada por el entonces ministro de Fomento, José Blanco, con la presencia de los presidentes de la Junta de Castilla y León y Cantabria, Juan Vicente Herrera y Miguel Ángel Revilla, respectivamente. Hay que recordar que esta gran infraestructura viaria comenzó a tomar cuerpo en la provincia de Palencia cuando Francisco Álvarez Cascos, también en calidad de ministro de Fomento bajo la presidencia de José María Aznar, puso la primera piedra el 5 de marzo de 2002 en la localidad de Canduela, muy cerca de Aguilar de Campoo.
El esfuerzo de las diversas empresas adjudicatarias -que en varias ocasiones trabajaron hasta con tres turnos- no evitó que, después de inaugurarse en enero de 2008 los 94 kilómetros con mayor dificultad orográfica en la zona de Cantabria, el resto del trazado palentino acumulase casi ocho meses de retraso con respecto a las primeras previsiones.
Fueron el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, y el Ministerio de Fomento, quienes hablaron de que la totalidad del recorrido estaría concluida a finales de 2008. Tampoco se pudieron cumplir las posteriores previsiones de apertura del trazado que la situaban en un principio en la Semana Santa de 2009 y, posteriormente, a finales de junio con el inicio del verano como límite máximo, según aseguró el propio Miguel Alejo en noviembre de 2008.
Las nevadas copiosas de varios meses y el tiempo prolongado de lluvias durante la primavera de 2008 en la zona norte de Palencia -junto a los problemas económicos de alguna de las empresas adjudicatarias que no pudo culminar una parte de la obra- hicieron que el retraso fuera más que evidente respecto a los plazos que sí se cumplieron en el trazado de la A-67 que discurre por Cantabria.
Desde el punto de vista técnico, la A-67 quedó terminada el 28 de julio de 2009, tras abrirse los últimos tramos pendientes entre Frómista, Osorno la Mayor yAguilar de Campoo. Anteriormente, se había completado la Autovía en sus tramos de Cantabria, en concreto fue el 31 de enero de 2008, siendo inaugurados por el presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla y la ministra de Fomento Magdalena Álvarez.
Cantabria fue durante muchos años la única comunidad autónoma de la España peninsular que no tuvo conexión por autovía con el centro y, por tanto, con la capital, Madrid. Antes de que se construyera esta autovía, la comunicación entre Cantabria y la Meseta se hacía a través de dos carreteras nacionales que atravesaban dos puertos bastante peligrosos, como el de Las Hoces de Bárcena (N-611) y el puerto del Escudo (N-623).
Debido a que atraviesa de norte a sur la cordillera Cantábrica, esta vía de comunicación tiene trayectos de gran complejidad técnica, incluyendo cinco viaductos, entre ellos el de Montabliz, que se convirtió el día de su inauguración en el puente más alto de España y el sexto de Europa, siendo la obra más costosa de toda la autovía.
El viaducto cruza el cauce del río Bisueña a 145 metros por encima del suelo. De hecho, el coste por kilómetro de la autovía cuadruplicó la media de las autovías españolas.
Como se ha comentado, la inauguración definitiva la llevó a cabo el ministro de Fomento José Blanco, en el tramo de 38 kilómetros que discurre entre los municipios de Alar del Rey y Osorno, permitiendo así que los 205 kilómetros de distancia que hay entre Venta de Baños y Santander se puedieran recorrer en una hora y cincuenta minutos.
Haciendo historia, la autovía comenzó a tomar cuerpo en Bezana en 1984, siendo ministro de Obras Públicas Javier Sáenz de Cosculluela. Seis años más tarde se habían terminado los 23 kilómetros que separan la capital cántabra de Torrelavega. Las obras estuvieron paradas seis años hasta que, bajo el mandato del ministro Francisco Álvarez-Cascos, se reemprendieron en los tramos Torrelavega-Los Corrales de Buelna, Reinosa-Mataporquera y Frómista-Palencia, abiertos en 2004.
Con la apertura de los últimos tramos de la A-67, Cantabria quedó comunicada directamente por autovía con Madrid, y con Andalucía a través de su conexión con la Autovía Ruta de la Plata.
En el momento de su conclusión la autovía presentaba los tramos de mayor coste por kilómetro de carretera de España (13,8 millones de euros el tramo Los Corrales de Buelna- Molledo y 14,4 millones de euros el de Molledo -Pesquera, ambos en la vertiente cántabra).
Estos dos tramos, de unos 11 km cada uno y en los que se atraviesa de norte a sur toda la cordillera Cantábrica, supusieron una gran dificultad técnica de construcción, con un trazado que atraviesa terreno muy accidentado. Esto queda reflejado en el hecho de que en torno al 50% de la longitud de estos tramos discurre por túneles y viaductos. Se puede afirmar que el tramo entre los límites provinciales de Palencia y Cantabria es el más crítico de la red de carreteras de la provincia cuando los rigores del tiempo arrecian, especialmente en invierno.
menos accidentes. La A-67 ha supuesto una mejora notable en cuanto a la siniestralidad vial. Según los datos proporcionados a Diario Palentino por la Jefatura Provincial de Tráfico, durante esta última década (hasta el 28 de julio de 2019) Tráfico ha registrado 999 accidentes con un balance de 15 personas fallecidas, 129 graves y 855 heridos leves. Si se comparan los datos con la siniestralidad registrada en la N-611 (Palencia-Santander) se puede comprobar que los números son irrepetibles: Entre 1991 y 2002 fallecieron en las carreteras palentinas 569 personas y concretamente, entre los años 1993 y 2001 murieron en la N-611 un total de 76 personas, contabilizándose 303 heridos graves y 650 leves, según los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico.
Bajo este prisma, el siniestro más grave hasta ahora en el tramo palentino de esta autovía ocurrió el 2 de agosto de 2014 cuando dos personas perdieron la vida y otra resultó herida de gravedad a la altura de Aguilar.
H. R. G., un octogenario residente en Olmos de Ojeda que conducía su vehículo en sentido contrario, y M.T.F.C., la ocupante del turismo contra el que chocó, madrileña de 29 años, fueron las víctimas mortales a las que hubo que añadir un herido grave F.I.S., de 33 años y conductor del vehículo en el que viajaba la mujer.
Por lo demás, el Ministerio de Fomento tiene contabilizada la intensidad de tráfico que recoge la A-67 en los puntos clave de la provincia y también en Cantabria.
Según estos datos (los últimos recogidos en las estadísticas) en la capital registra una media de 17.019 vehículos/día (el 14 por ciento son vehículos pesados), en Frómista 6.576 vehículos/día (12% son vehículos pesados), en Osorno 7.179 vehículos/día (14,3 por ciento son vehículos pesados y en Aguilar de Campoo son 8.841 vehículos /día (19,7 por ciento de ellos son vehículos pesados).