Alrededor de 850 personas entre alumnos, profesorado y algunos padres escenificaron ayer el alma solidaria del colegio La Salle con las personas más vulnerables en un acto simbólico en la plaza Mayor, dando inicio a la campaña navideña de recogida hasta el día 22 de alimentos no perecederos para Cruz Roja, Cáritas, la Asociación del Pueblo Saharaui y pequeñas ONG con las que se colabora. «Los alumnos traen cada día un kilo de comida distinta al colegio. Hoy -por ayer- tocaba arroz y luego pueden ser alubias, galletas o turrón», desgranó Juan Antonio Rojo, director del centro educativo.
Los productos alimenticios que se espera recoger, con una previsión superior a los 5.000 kilos, servirán, como lo han hecho durante más de 30 años, para atender de forma especial a muchas familias en Navidad. «Para nosotros esta campaña es muy importante y habla de lo que somos: personas a las que nos importa cómo está el mundo. Y nos preocupa que haya gente que no tiene lo suficiente para vivir. Somos afortunados al poder disfrutar dentro de poco de unas fiestas navideñas con nuestras familias, pero sabemos que hay gente que no puede y queremos tener un gesto con quien lo necesita y que se sepa que en el colegio La Salle trabajamos por construir un mundo mejor. El principal objetivo de esta campaña es tratar de hacer un poco más fácil la vida de aquellos que más lo necesitan valores de solidaridad, empatía y compromiso social», señaló Juan Antonio Rojo.
La alcaldesa, Miriam Andrés, acompañó en el acto solidario a la comunidad educativa. «Tenemos que daros las gracias por pertenecer a un colegio que lleva muchos años fomentando valores como la solidaridad y el compromiso. Muchos niños y niñas de esta ciudad, de fuera, y de otros países necesitan de estos gestos y saber que no están solos. Es muy importante que todos tengamos un plato caliente que llevarnos a la boca», expuso.
La actividad solidaria de ayer concluyó con un villancico cantado e interpretado con gestos por el alumnado de La Salle mirando al Belén de la plaza Mayor.