Estrenar una vivienda con todas las necesidades cubiertas es una de las ventajas del programa Rehabitare que promueve desde el año 2016 en todo el territorio autonómico la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, pero no  la única.

A este incuestionable atractivo se le suma la renta que han de abonar los inquilinos que se instalen en ellas. Y es que el precio al que ha de hacer frente el arrendatario no podrá exceder en ningún caso de los 2 euros por metro cuadrado útil de la vivienda, una vez rehabilitada. Además, la cantidad total tampoco puede ser nunca superior a una tercera parte de sus ingresos, según consta en los requisitos con los que trabaja el Ejecutivo autonómico.

El objetivo, en todo caso, es mantener la población en localiades donde el padrón lleva años resintiéndose. Y es que los nuevos pobladores -especialmente si son familias jóvenes con niños- contribuyen no solo a mantener a raya el censo, sino a dinamizar los pueblos: jóvenes que van a un colegio que ya no se cierra, adultos que hacen las compras en el pueblo y en el entorno y empresas locales que ejecutan las obras. Dicho de otra forma, economía circular en clave rural.

EVALUACIÓN DE CANDIDATOS

En lo que a la evaluación de candidatos se refiere, los consistorios deben seleccionar con criterios objetivos las personas, unidades familiares o de convivencia que han de beneficiarse del programa como arrendatarias de las viviendas.

Dichos criterios han de ser conocidos por los vecinos del municipio y han de respetar, en todo caso, la preferencia en favor de los colectivos de especial protección que aparecen relacionados en el artículo 5 de la Ley 9/2010, de 30 de agosto, del derecho a la vivienda de la Comunidad de Castilla y León, y dar prioridad dentro de ellos a los jóvenes para promover su emancipación y a las víctimas de la violencia de género, a las personas objeto de desahucio de su vivienda habitual y a las personas sin hogar.

En el caso de que un municipio, por razones sobrevenidas, dejase de disponer de demandantes para destinar la vivienda rehabilitada a alquiler social, la Consejería podrá determinar nuevos destinatarios de entre los que estén inscritos en el Registro público de Demandantes de la comunidad autónoma.

GRIJOTA Y BALTANÁS

En el número 9 de la calle Los Mesones de Grijota se ubica una de las últimas viviendas que han visto la luz al abrigo del programa Rehabitare en la provincia. La inversión en este inmueble es de 48.303 euros,  que han dado como resultado un nuevo hogar de 116 metros cuadrados distribuidos en vestíbulo, almacén y escalera en la planta baja; y un distribuidor-pasillo, salón, cocina, tres dormitorios y un baño en la principal. En paralelo, el Obispado ha realizado reparaciones en la cubierta de este inmueble que data de 1930 sobre una parcela de 434 metros cuadrados. Asimismo, se ha actuado en la fachada, se han renovado las carpinterías exteriores y se ha amueblado la cocina, entre otras actuaciones para dejarla lista para entrar a vivir.

Hall-pasillo, tres dormitorios, salón-cocina-comedor, baño y cuarto de caldera es la distribución de la vivienda de 65,14 metros cuadrados que se ejecutó en 2021 en Baltanás con un presupuesto global de 46.887 euros. Antes de la intervención, la casa estaba deshabitada con un estado de conservación aceptable, si bien contaba con unos equipos, unos acabados y unas instalaciones obsoletas. Nuevos tabiques, aislamiento térmico, carpintería exterior, puertas de madera, reparación del revestimiento de mortero y rejuntado de baldosas en mal estado son algunas de las obras que se han llevado a cabo. En lo que respecta a la cocina, está completamente amueblada y equipada en gran parte con los electrodomésticos necesarios.