Aún es posible que el sida deje de ser una amenaza para la salud pública a finales de esta década, uno de los objetivos de la Agenda 2030, pero para ello los gobiernos deben proteger los derechos de todas las personas que viven con el virus VIH o corren riesgo de contraerlo.
Esta es la advertencia de Naciones Unidas, que como cada 1 de diciembre celebra el día mundial contra esa enfermedad. El Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) indicó en su informe anual que las violaciones de las libertades fundamentales son uno de los principales escollos para lograr esa meta a finales de 2030.
«Cuando una visita a los servicios hospitalarios es peligrosa para alguien debido a la comunidad a la que pertenece, se le niegan herramientas esenciales para salvar su vida y para poner fin a la pandemia del sida. Para proteger la salud de todos, tenemos que proteger los derechos de todos», destacó en la presentación del informe la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.
El documento recuerda que 39,9 millones de personas vivían con VIH en 2023 (unas 400.000 más que en el año anterior), 1,3 millones contrajeron el virus ese año y unas 630.000 (40.000 menos que en 2022) fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida. Además, alrededor de 9,3 millones de afectado por VIH, casi la cuarta parte del total, no tienen acceso a la terapia antirretroviral, lo que significa que no pueden recibir este tratamiento.
Desde que hace unos 40 años se conocieron los primeros casos, unos 88,4 millones de personas han contraído el virus VIH y 42,3 millones han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida.
Frente a estos datos, este año la ONU ha elegido como lema del día internacional contra la enfermedad «sigamos el camino de los derechos», ya que según el programa conjunto de Naciones Unidas la atención a las libertades de los colectivos vulnerables es clave en la lucha contra esta epidemia.
«Negar el acceso de niñas a la educación, mantener la impunidad en la violencia de género o detener a una persona por su condición sexual son también obstáculos para una lucha global que se prolonga ya más de cuatro décadas», aseguró en este sentido Byanyima.
El informe recuerda, al volver la vista sobre los más necesitados, que en 20 de países de África oriental y meridional las mujeres y niñas tienen tres veces más probabilidades de vivir con VIH que los varones. Otro grupo vulnerable sigue siendo las personas LGTBIQ, como recordó en la presentación del informe el activista Axel Bautista.
Este recordó que 63 naciones siguen penalizando las relaciones entre personas del mismo sexo, un impedimento para la respuesta al VIH dado que en esos lugares la prevalencia del virus entre hombres homosexuales es cinco veces mayor que en los países que no persiguen a personas por su orientación sexual.
«La lucha continúa, descriminalizar estas situaciones es importante pero no suficiente y tenemos que seguir abogando por una mayor inclusión», afirmó el activista mexicano.
Acceso a tratamientos
Otra forma de enfocar hacia los derechos humanos la lucha contra el sida es un acceso más universalizado de los nuevos fármacos que están logrando enormes avances en los tratamientos, como los nuevos medicamentos de acción prolongada que solo necesitan inyectarse un par de veces al año.
«Las revolucionarias opciones terapéuticas y preventivas que se están desarrollando actualmente deben ser accesibles sin demora para lograr un alcance universal», destacó la responsable de VIH en los Hospitales Universitarios de Ginebra, Alexandra Calmy.
El informe recuerda que 1,4 millones de personas con VIH son menores de 14 años y que alrededor de 5,4 millones de seropositivos ignoran que son portadores.