El guitarra y teclado David García, junto con su grupo, Tocarse el Funk, dará un concierto este domingo a las 13 horas en Habana Cafetería. Este evento entra dentro de la programación del Vermú Jazz del festival que se celebra en la capital.
¿Cómo comenzó su gusto por la música y cómo se acercó al funk?
Empecé a tocar la guitarra de pequeño. Fui al conservatorio, pero lo dejé y luego aprendí por mi cuenta en casa. De chaval, escuchaba mucho rock y heavy. Sin embargo, mi conexión con el funk llegó más tarde, cuando conocí a algunos miembros del grupo. Todo comenzó en la Universidad Popular, cuando me apunté a clases de jazz y coincidí con Boris, el antiguo bajista del grupo. A partir de ahí, empezamos a quedarnos para tocar y, con el tiempo, fuimos formando la banda.
¿Cuántos son en el grupo y qué instrumentos toca cada uno?
Actualmente somos cinco miembros en el grupo Tocarse el Funk: Pablo Hoyos (bajo eléctrico), Alberto Peña (batería), Julián Osorio (percusión), Miguel Rodríguez (guitarra) y yo (guitarra y teclado).
Hemos evolucionado mucho con el tiempo, sobre todo en la parte de las percusiones, porque Julián es muy experimentado y tiene un recorrido musical impresionante. Además, últimamente estamos incorporando elementos electrónicos a nuestro sonido, con sintetizadores que añaden un toque moderno a lo que hacemos.
¿Cuál es la química entre los miembros del grupo?
La química es muy buena. Siempre intentamos que el feedback sea constructivo. Cada uno aporta lo suyo. Normalmente, llevamos una idea de casa, pero cuando llegamos al local de ensayo, las ideas se transforman. Todos suman y nadie resta. Nos enfocamos en que los ensayos sean como un concierto, especialmente en la parte de interacción con el público, donde Julián Osorio se lleva mucho protagonismo.
¿Qué estilo musical interpretan?
Nosotros tocamos funk, pero también incluimos otros géneros que nos dan una identidad única. Tocamos cumbia, bachata, blues, soul, incluso jazz. Este domingo, por ejemplo, vamos a estar en el Festival de Jazz en Habana Cafetería. El reto es hacer que todo suene bien junto, sin perder la esencia del funk, pero añadiendo matices que nos permitan crear algo que sea reconocible.
¿Qué significa para ellos participar en el Festival de Jazz de Palencia?
Es un gran honor y estamos muy agradecidos. El año pasado ya participamos en el bar Alaska y fue todo un éxito. Es genial que se apoye a los grupos locales, y que hayan vuelto a contar con nosotros este año. Es una motivación enorme. Estamos encantados de poder estar en el cartel junto a artistas tan importantes.
¿Qué esperan lograr en los próximos años?
A nivel personal, hemos forjado una gran amistad y esperamos seguir así y a nivel de la banda queremos seguir creciendo y expandir nuestra música fuera de Palencia. El año pasado tuvimos la suerte de participar en el programa Allegrissimo de la Diputación de Palencia, y eso nos abrió puertas al festival En un lugar del Norte de Cervera y nos han contratado algunos Ayuntamientos. Nuestra meta es seguir llevando nuestra música a otras ciudades, como Valladolid o Burgos, y, por supuesto, algún día llegar a tocar en el Palencia Sonora, que es uno de los festivales más grandes de la ciudad.
¿Qué mensaje le envía a los palentinos para que vayan al concierto?
Lo que les diría a los palentinos es que se preparen para un show muy alegre y lleno de energía. Lo que más nos gusta es ver a la gente disfrutar, así que si vienen a vernos, lo único que queremos es que se diviertan. Además, vamos a estar en un lugar cerrado, así que no hay excusas para no acompañarnos. ¡Nos vemos el domingo!