Tal y como estaba previsto, España, la flamante campeona de Europa, pasó por encima de Sudáfrica, una de las selecciones más débiles del concierto mundial, a la que apabulló por 5-21.

El equipo de David Martín tuvo un plácido estreno, el previsto. Los campeones de Europa tomaron medidas a la piscina, repartieron minutos de juego y apenas pudieron probar sistemas de juego ante uno de los rivales de menor entidad del concierto mundial.

Tardó 52 segundos Álvaro Grandos, el héroe de Zagreb, en anotar su primer tanto y España encadenó un parcial 0-5, cortado con un penalti anotado por Swanepoel. Al término del primer cuarto, ya estaba todo decidido (1-6).

Sin Alberto Munárriz y Roger Tahull, que fueron hoy los descartes; la apuesta a partir de entonces fue un ejercicio defensivo. Se quedó a cero el marco de Edu Lorrio en el segundo parcial. El meta del Sabadell había parado siete de los ocho lanzamientos realizados por los sudafricanos, solo encajó de penalti; el sudafricano Lwazi Madi encajó los trece remates recibidos.

Mientras, en ataque, en cuanto España empezó a nadar en transiciones, los goles fueron cayendo. Al descanso la efectividad de los de David Martín alcanzaba el 87% por ciento (13/15), tras un parcial 7-0 en ocho minutos para un 13-1 al descanso.

Unai Aguirre fue el meta español en el segundo tiempo. España continuó con probaturas, sin forzar la situación, y buscando acciones poco habituales en partidos de otro nivel.

El parcial del tercer cuarto fue 4-0, con tantos de Unai Biel, Fran Valera, Alejandro Bustos y Blai Mallarach para el 17-1. Al final, España bajó el pie del acelerador y se impuso por 21-5 tras un parcial 4-4 en el último cuarto.

Su próximo partido (miércoles, 17:00 CET) ya será otra cosa, una repetición de la final del pasado Europeo ante Croacia.