La veteranía es un grado y la vocación de servicio también. Así lo puso ayer de manifiesto un grupo de 30 estudiantes de la Escuela de Enfermería de la promoción de los años 1982-1985, que celebró 40 años de cuidados sanitarios prestados a la ciudadanía.
Una visita guiada a las dependencias del Palacio de la Diputación abrió una jornada festiva de mucho calado, a la que siguió un acto institucional en el salón principal -con intervenciones y la imposición a los asistentes de bandas conmemorativas- seguida de una eucaristía en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, oficiada por el obispo de la Diócesis, Mikel Garciandía, y una comida de hermandad en el Casino.
La presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, dio la bienvenida a los egresados de Enfermería en la escuela universitaria que gestiona la institución provincial y les felicitó por su trayectoria humana y profesional. «Han pasado cuatro décadas desde que emprendisteis un largo camino. Durante este tiempo, los avances en el campo de la Enfermería y en la ciencia de la salud han sido impresionantes y todos habéis estado en primera línea, con una gran adaptación a nuevas técnicas, tecnologías y modelos de atención. Vuestra entrega diaria ha hecho que nuestra sociedad avance, poniendo siempre en primer lugar el bienestar de los pacientes y demostrando una enorme vocación de servicio», expuso.
Por su parte, María José de la Fuente, vicepresidenta de la Diputación y también enfermera -egresada un año antes que el resto de alumnos que festejaron ayer su 40 aniversario- resaltó la importancia de la titulación en Palencia. «En el 71 existen unos estudios que la Diputación provincial decidió que eran importantes. La sociedad va trayendo cambios en las nuevas leyes de educación y un nuevo concepto de lo que tiene que ser la profesión enfermera y cómo tiene que evolucionar para dar respuesta a las necesidades de la sociedad. En 1977, los estudios y las escuelas de asistentes técnicos sanitarios (ATS) debieron de integrarse en la universidad y transformarse en escuelas universitarias de Enfermería. La Diputación no se echó atrás y, sin duda, se trató de una noticia excelente para la provincia porque ya van 27 promociones de diplomados en Enfermería en esta escuela», indicó.
El alumno y profesor de la Escuela de Enfermería Dacio Crespo, Emilio Lanza, intervino de forma amena para glosar el paso del tiempo, con anécdotas y vivencias de una etapa universitaria y profesional inolvidable, que fue mejorando en formación y conocimientos. «Delante del paciente se olvida casi todo lo aprendido y, al final, el resultado no fue tan malo como se podía intuir. Los inicios no fueron nada fáciles, sobre todo en algunos servicios hospitalarios, donde surgieron algunos problemas por las chicas y los chicos de prácticas, pero que se solucionaban en parte por nuestro interés por aprender, el respeto a los pacientes y trabajadores y las buenas maneras», detalló.