Fernando de Unamuno, arquitecto

Alfonso Santamaría Diez
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El hijo de Unamuno se rescata del injusto e inmerecido olvido en una publicación obra de José Antonio González Delgado, cuyas páginas reivindican la obra y legado de este genial arquitecto urbanista

Fernando de Unamuno, arquitecto

Fernando de Unamuno, arquitecto


Con el título Fernando de Unamuno, arquitecto, el también arquitecto y escritor José Antonio González Delgado  ha publicado un libro sobre Fernando de Unamuno Lizárraga, hijo primogénito del poeta, escritor, filósofo y político Miguel de Unamuno. El hijo de Unamuno se rescata del injusto e inmerecido olvido en esta publicación, cuyas páginas reivindican la obra y legado de este genial arquitecto urbanista, poco conocido y reconocido en nuestra ciudad a pesar de que, según su autor, es «el principal protagonista del urbanismo en Palencia en el siglo XX, pero que por su forma de ser y trabajar desarrolló en silencio, con tenacidad y precisión su complejo cometido». 

Fernando de Unamuno, en palabras de su hijo, Miguel de Unamuno Adarraga, también arquitecto, «hizo mucho por esta ciudad, con serenidad, capacidad, honradez, inteligencia y modestia, sin querer alardear nunca de ello, contribuyó a lograr para Palencia un desarrollo ordenado, mesurado y razonable, algo que muchas veces, y en muchos lugares, no se ha dado». 

Un mero lector de esta publicación, que desconozca el complejo mundo de la arquitectura, reconoce que la figura de Fernando de Unamuno enganchado desde el comienzo del libro, al leer la presentación que hace su hijo, y la posterior introducción del autor, cuyo objetivo es rescatar del olvido y «contar los logros» de un personaje clave de la ciudad de Palencia en el siglo XX. Personaje que podemos conocer a fondo en cada uno de los capítulos, que seducen por la esmerada exposición, estudio, narración, análisis histórico, amplia documentación, además de una exhaustiva, concienzuda, meritoria, tenaz y ardua investigación. Retrata José Antonio González Delgado, con especial delicadeza, detalle y profundidad todas las etapas de la vida de Fernando de Unamuno.

Fernando de Unamuno, arquitectoFernando de Unamuno, arquitectoPara todos los públicos. Fernando de Unamuno. Arquitecto es un libro no solo para profesionales de la arquitectura y relacionados con el sector de la construcción, sino para cualquier palentino interesado en conocer la evolución, transformación y ampliación urbanística de la ciudad. No menos interesante es conocer su biografía, sus primeros años en Salamanca, su formación en la Escuela de Arquitectura de Madrid, su profesorado, sus métodos de enseñanza, y su relación con sus compañeros de promoción, la denominada Generación del 25, y la meritoria vida profesional de cada uno de ellos. 

Gran interés despierta la estrecha relación de Fernando con su padre, Miguel de Unamuno, de quien se relatan sus vicisitudes, su actividad política en la II República, su exilio en París y su posterior y apoteósico regreso a Salamanca, convertido en icono y leyenda. Históricos acontecimientos recogidos con detalle en el libro, además de las visitas de «Don Miguel» a Palencia, y su «especial afinidad con la ciudad», a partir del establecimiento en esta capital de su hijo Fernando.

Recorrido vital. Fernando de Unamuno nació en Bilbao, pero su infancia y juventud se desarrolló en Salamanca, al obtener su padre la cátedra de Griego e Historia de la Lengua, y ser posteriormente nombrado rector de la Universidad. Fernando llegó a Palencia en 1920, tras opositar a la plaza de arquitecto del Catastro Provincial. 

En 1925 desempeñó interinamente el cargo de arquitecto municipal, tras la dimisión de Jacobo Romero, y en 1926 fue nombrado para el puesto con carácter indefinido. En Palencia tuvo una importante vida social y una buena relación y amistad con personalidades de diferentes ámbitos sociales, profesionales y políticos, como Jerónimo Arroyo, Francisco Vighi, Victorio Macho, Germán Calvo, o José Alonso de Ojeda, entre otros muchos. 

Unamuno era, además, asiduo de las tertulias, «integradas por destacados miembros de la burguesía que se reunían de forma periódica para compartir sus opiniones», y también sus ideales. En el caso de Fernando de Unamuno, «su vida estuvo marcada de forma clara por los ideales masónicos», y su «afinidad al Partido Republicano Radical Socialista», «colaborando, al igual que su padre, en el periódico República. 

«Con independencia de sus ideas y afinidades políticas, a lo largo de toda su vida profesional se ceñiría con rigurosidad al cometido de su cargo de funcionario público, llegando a trabajar durante su dilatada trayectoria en la corporación municipal con 18 alcaldes de distintos signos políticos», recalca la publicación, entre ellos Natalio de Fuentes, Severino Rodríguez Salcedo, Carlos Martínez de Azcoitia, David Rodríguez Vicario, Salustiano del Olmo, Matías Peñalba Alonso de Ojeda y Juan Mena de la Cruz.

Como merecido reconocimiento y valoración a su trabajo, el último apartado del libro lo titula su autor La Obra, y analiza la valiosa aportación del arquitecto a la ciudad y su impecable legado. «El papel desempeñado por Fernando de Unamuno en el urbanismo de Palencia constituye, sin ningún género de dudas, la aportación más decisiva de todas las intervenciones profesionales que se llevarían a cabo en la planificación de la ciudad durante el siglo XX», importantísima labor desempeñada en la urbanización y ensanche de Palencia, y su decisiva participación en el Plan de Ordenación y Urbanización de la ciudad. 

José Antonio González Delgado nos permite conocer con esmerado detalle todos los proyectos y obras realizados en Palencia por Unamuno, durante la Dictadura de Primo de Rivera, durante la II República, durante la Guerra civil, y después de la guerra, hasta su jubilación en 1959, a los 66 años, por enfermedad. 

Entre estos proyectos se encuentran el Palomar del parque de los Jardinillos, las Escuelas de las Huertas del Pombo, las Casas del Barrio de María Cristina, el edificio de las Colonias Escolares en el monte El Viejo, y el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles. 

En el nuevo cementerio dejó Unamuno su sello, no solo en el recinto y la original distribución de los espacios de enterramiento, sino también en el edificio de la capilla, y en su interior con el original diseño de su bóveda, y el encargo de la pintura del mural del Juicio Final al pintor palentino Germán Calvo, que inmortalizó a Unamuno en este mural. 

Obras de importancia. Obras de importancia acometidas por Fernando de Unamuno fueron la reforma del Teatro Principal, la ampliación de la Casa Cuna, el proyecto del Campo Municipal de Fútbol de la Balastera, la Escuela José Villagrá, la Escuela de La Carcavilla, el Grupo Escolar Blas Sierra y el Refugio del monte El Viejo. Otros proyectos de importancia realizados por Unamuno fueron edificios de viviendas en la capital, situados en la avenida de Valladolid, plaza de León, calle Colón, plaza San Lázaro, la vivienda en el barrio de Abella (Ave María), los trabajos del proyecto del hospital provincial y la iglesia de Buenavista de Valdavia, estos últimos en su período de excedencia. 

Es interesante conocer con detalle la transformación urbanística de la ciudad, y la intervención de Unamuno en la redacción de los proyectos de la gran vía de la Puebla y la comunicación con San Lázaro y el Salón, al permitir la creación y apertura de la calle Teniente Velasco (hoy La Puebla); además de la urbanización y saneamiento, tras su ensanche y crecimiento desordenado, de barriadas como La Carcavilla, el barrio del Cristo, o el de los Cuarteles. 

Por su innovación, tuvo mucha trascendencia y repercusión la redacción del proyecto del barrio de María Cristina, así como el proyecto de construcción del colector de la orilla del río y el alcantarillado y pavimentación de las principales calles de la ciudad. Destacar también la participación de Unamuno en los proyectos de depuración de aguas potables y de aguas residuales de Palencia, en la reforma de la plaza de León y de los Jardinillos; el colector del barrio de Santiago y su posterior urbanización; el alcantarillado de la avenida de Victorio Macho, alcantarillado de las avenidas de Casado del Alisal y Modesto Lafuente, la urbanización de la avenida de Valladolid, la canalización del arroyo de Villalobón -imprescindible para la posterior creación de la avenida de Cardenal Cisneros- y la urbanización de la avenida de Simón Nieto.

Otros grandes proyectos de Unamuno fueron la Casa de Socorro, el grupo escolar Alonso Berruguete, las colonias escolares del monte El Viejo, el alcantarillado del barrio del Mercado Viejo, la renovación del alcantarillado de la calle Mayor y la pavimentación de numerosas calles del centro de la ciudad. 

Toda la ciudad estuvo en manos de este gran arquitecto. En ella pensó para su revolucionario cambio, y gracias a su tenacidad y precisión, su serenidad, capacidad, honradez, inteligencia y modestia, logró la transformación y desarrollo urbanístico de Palencia. Máxima calificación y buen hacer profesional que queda sobradamente demostrado en este libro, que cuenta con una enriquecedora bibliografía y valiosa documentación, reseñas y fotografías de diferentes años de los periódicos: La Crónica (1920), La Gaceta de Salamanca (1930), República (1931), El Día de Palencia (1929,1931 y 1940), El Diario Palentino (1925, 1926, 1928, 1930, 1931, 1935, 1939, 1956, 1964 y 2005); revista Triunfo (1975) y el periódico Carrión (2005).

También de fotografías y planos procedentes del Archivo Histórico Provincial, del de la Diputación y el Municipal, así como dibujos del autor y una numerosa lista de profesionales de distintas especialidades que han colaborado en la publicación, además de la familia Unamuno Adarraga, las imprescindibles «pesquisas» y labores de rastreo de José Ignacio Iglesias Franco y la financiación del Colegio de Arquitectos, y de la Diputación y el Ayuntamiento de Palencia.

integrado en la ciudad. Unamuno, «hombre plenamente integrado en la estructura social de la ciudad», y en diversas asociaciones palentinas como el Casino y la peña El Palentino, fue presidente del Colegio de Arquitectos, director de la Escuela de Trabajo, jefe de Bomberos, director y profesor de la Escuela Elemental de Trabajo y, posteriormente, de la Escuela de Formación Profesional de Palencia. También vocal de Bellas Artes del Ateneo de Palencia, presidente del Club Deportivo Palencia y formó parte de la Agrupación y Estudios e Iniciativas de Palencia, además de presidir la Delegación en Palencia del Colegio de Arquitectos de León, durante 16 años. 

Se casó en la catedral con la palentina Mercedes Adarriaga Díez, tras la muerte, a los 37 años, de su primera esposa, la salmantina María Rincón de Arellano. Bien merece el arquitecto Fernando de Unamuno figurar en el callejero de Palencia, lo avalan el amplio número y la importancia de servicios prestados a la ciudad durante 35 años, vivir en esta capital durante más de 40, y estar enterrado en el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles, necrópolis proyectada por este palentino de adopción.