La Semana Santa de Palencia, la única fiesta declarada de Interés Turístico Internacional de la provincia, contará con un pregonero de excepción: el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el palentino Luis Javier Argüello García (Meneses de Campos, 1953). Anunciará la llegada de la Pasión el jueves a partir de las 20 horas en la iglesia de SanFrancisco, en un acto en el que también participará la Banda Municipal de la capital.
Su designación, que fue ratificada por el obispo de la diócesis, Mikel Garciandía, fue anunciada por la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Palencia en octubre, que lo eligió por unanimidad. El presidente de la entidad, Ricardo Fernández, destacó por aquel entonces su «relevancia en la vida religiosa del país y su capacidad para transmitir el verdadero sentido espiritual de laSemana Santa de Palencia, que es su tierra natal y a la que siempre ha estado muy ligado». Por su parte, el elegido también citó otros aspectos que le unen con la celebración palentina, como su vinculación con el consiliario de la hermandad,David Pérez, y algunos recuerdos.
En el plano académico y profesional, cabe subrayar que es licenciado en Derecho Civil y sacerdote desde 1986, que encabeza la archidiócesis vallisoletana desde 2022 y la CEE desde marzo del año pasado. Además, en lo que se refiere a pregones, tiene cierta experiencia, puesto que protagonizó esta actividad en localidades como Valladolid,Medina de Rioseco o Nava del Rey.
Recibió la noticia con mucho tiempo de antelación. En octubre del año pasado ya se anunció que iba a ser el pregonero de la Pasión palentina. ¿Cómo se sintió al ser elegido por la Hermandad de Cofradías Penitenciales y recibir el visto bueno del obispo?
Agradecí poder pregonar un acontecimiento universal y central en la vida de los cristianos que se vive en cada lugar de una manera especial. Y por otro lado, en un aspecto que podríamos definir como más íntimo, creo que la elección es un reconocimiento a mi condición de palentino de origen. Es cierto que mi trayectoria vital está muy ligada a Valladolid, al igual que la ministerial, pero tampoco me canso de decir que soy de un pueblo de Palencia.
¿Por qué aceptó ser el pregonero el jueves?
Por dos razones. En primer lugar, mantengo una buena relación y amistad con el obispo palentino y con David Pérez, que es el actual consiliario de la Hermandad de Cofradías.Este sacerdote estuvo un tiempo de párroco en mi pueblo, Meneses, y luego lo fue durante mucho tiempo de Villerías de Campos, que es mi otra localidad de adopción. Este grado de amistad me parecía un motivo suficiente para pronunciar el pregón, pero a ello se suma ser palentino. Además, me dijeron el día en octubre y lo cerré.
Comenta que, de pequeño, pudo disfrutar de algunos días de vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano en la capital provincial porque vivían familiares suyos en ella. ¿Guarda algún recuerdo de la Pasión de aquellos años?
Tengo algún testimonio más reciente de la SemanaSanta de Palencia. Cuando ya era cura, me acerqué un Domingo de Ramos por la tarde al Santo Rosario del Dolor, que sube hasta el Cristo delOtero. Es esa realidad la que tengo más presente, porque cuando hablo de mi infancia me estoy remontando a los primeros años de la década de los 60, una época en la que aún no figuraban en el programa bastantes de las procesiones que se celebran hoy en día. Incluso algunas imágenes de la Pasión palentina son posteriores a esas fechas. Pero lo que siempre me ha llamado la atención de Palencia es lo que significa el paso por la Calle Mayor y losCuatro Cantones.Quizá sea eso lo que tengo un poco grabado en la memoria de cuando era pequeño.
Recoge el testigo del periodista Fernando Caballero, quien, días antes de pronunciar su discurso, aseguró sentirse nervioso ante el reto de pregonar laSemana Santa de 2024. En este caso, ¿le ocurre lo mismo?
Nervios no, pero siempre supone una responsabilidad ponerse delante de muchas personas para hablar de algo que quienes me escucharán, en muchos casos, conocerán mejor que yo. Con esto me estoy refiriendo a los detalles de la vida de la Semana Santa palentina. Pero, por otra parte, saber esta encomienda con tiempo de antelación me permitió poder preparar las cosas.
En líneas generales, ¿qué escucharán las personas que se acerquen el día 10 a la iglesia de SanFrancisco?
Con mi experiencia pregonando en Valladolid y tras escuchar a alguno de los pregoneros que ha habido en Palencia en los últimos años puedo decir que cada uno pone su propio acento. Seguramente, yo, sin dejar de hacer referencia al programa concreto de las procesiones palentinas, voy a poner el acento especial, por un lado, en lo que significa el acontecimiento de celebrar la Pascua, el Triduo Pascual y los días previos a laSemana Santa. Por otra parte, de la Pasión palentina siempre me han llamado la atención algunos detalles que pueden pasar desapercibidos, como la llamada a cofrades, el acto de la Vestición, que se hace un día de manera pública para explicar lo que significa cada parte de la indumentaria de los cofrades; o la salida a barrios periféricos con motivo de la visita al Cristo del Otero o del paso por Puentecillas. Ese tipo de cuestiones también quiero resaltarlas junto, claro está, el anuncio del programa de una semana que dura diez días, del Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección.
¿Es el primer pregón que ofrece en Palencia?
He pregonado la Semana Santa de Valladolid,Medina del Campo,Tordesillas o Nava del Rey, que son localidades de mi propia diócesis. He aceptado en Palencia por las razones que ya he dicho. De lo contrario, difícilmente podría ir. Para nosotros, por decirlo así, estas fechas son temporada alta, con lo cual, andar de un sitio para otro es un poco complicado. Además, tengo que conjugar la responsabilidad de ser el arzobispo de Valladolid con ser presidente de laCEE y esto me supone hacer otro tipo de actividades y salidas. Todo no se puede hacer en la vida y, entonces, hay que ser humilde y decir que sí a unas cosas y a otras no.
Los dos pregoneros anteriores (en 2023 el encargado de dar la bienvenida a la celebración fue Vicente Díez Llamas) hicieron hincapié en la participación de todas las cofradías de la ciudad en las procesiones que se desarrollan en Palencia, independientemente de quién la organice. ¿En Valladolid también se hace igual?
En Valladolid hay algunas cofradías más y un número mayor de procesiones que en Palencia. En todos los desfiles se invita a participar a otras entidades, pero, seguramente, creo que en la Semana Santa palentina la respuesta de las cofradías a las convocatorias de otras es más alta. Quizás las cofradías valoren que el programa de la Pasión es una cosa de todas y que sacarla adelante es responsabilidad de las nueve. Eso también ocurre en tierras vallisoletanas, pero podríamos decir que la fuerza de algunas cofradías es más grande y caminan con una mayor autonomía.
Además, en Valladolid no solamente está la Semana Santa de la ciudad, están las celebraciones de lugares como Medina del Campo,Medina de Rioseco, Tordesillas o Nava del Rey y, en este sentido, seguramente en estas localidades el grado de compromiso de las cofradías en sacar adelante lo que es un proyecto común de todas es también intenso como me parece que es en Palencia.
¿Cómo vive la Semana Santa el arzobispo de Valladolid?
Recuerdo que Valladolid, para el arzobispo, no es solo la ciudad, son también los pueblos. Aunque mayoritariamente participo en los actos de la Semana Santa de la ciudad, siempre quiero hacerme presente, al menos algún día, en ciertas localidades, con lo cual, a veces, tengo que ir corriendo de un lugar a otro para poder participar. Los diez días de temporada alta son los que aparecen en el programa de Semana Santa, pero ya lo están siendo estos días de Cuaresma, en la que muchas cofradías hacen novenarios o quinarios, convocan un besapié u organizan charlas cuaresmales.Afortunadamente, las entidades hacen cosas más allá de los días de Pasión.
Pero, por otro lado, también es un tiempo gozoso porque te permite ver la numerosa participación, que no solo es de cofrades. Salgo en alguna de las procesiones y todavía me sorprende cómo la gente que está en la acera pone los ojos en unCristo o en unVirgen. Observo que hay como una especie de asombro ante lo que se ve y a mí me parece algo valioso porque, desde el asombro, aunque en principio sea estético, siempre se abre una puerta a preguntarse por una vida que trasciende más allá de las cuestiones materiales y cotidianas de cada día.
En un plano más personal, ¿qué es para usted la Semana Santa?
Celebrar lo que es el corazón de nuestra fe. Si Jesucristo no hubiera resucitado después de haber sido crucificado podríamos hablar de él como un personaje histórico interesante o como alguien que hace una propuesta que puede tener más o menos interés, pero la fuerza de decir que Jesucristo ha resucitado, que es, en definitiva, lo que se celebra y para lo que nos preparamos desde la Cuaresma, es algo central.
Y por eso me parece muy importante recordarlo cada año y pregonarlo. Es el acontecimiento central de nuestra fe, que, por otra parte, los católicos lo recordamos y vivimos cada domingo. De hecho, primero se celebró el domingo, luego empezó a organizarse el Triduo Pascual y, posteriormente, la Semana Santa, con la que se recuerda a todos los cristianos lo que significa la celebración del domingo. Es algo especialmente importante y conviene celebrarlo como hacemos en muchos lugares de España, de una manera solemne y pública, pero al mismo tiempo íntima y festiva.
En lugares como Palencia, ¿la Semana Santa goza de buena salud?
En la Semana Santa se unen un acontecimiento genuinamente religioso, una expresión de devoción popular y otra de tipo cultural y turística con una valoración económica. Entonces, creo que estas tres cuestiones son las que hay que conjugar y, a lo largo de la historia, el asunto ha ido por barrios. Hubo momentos en los que las expresiones de las cofradías fueron muy potentes, otros en los que no. En los últimos años, su deseo es que la Semana Santa sea declarada de interés turístico regional, nacional o internacional y se valora mucho los aspectos culturales, históricos y turísticos que la Semana Santa tiene. Si no se equilibra este significado con la devoción y la liturgia aparecerían elementos de preocupación. Y no digo si nos olvidamos del acontecimiento que da origen a todo ello. Creo que estamos viviendo una época en la que la valoración turística es muy potente y, por ello, tenemos que poner empeño para que la devoción popular y de acontecimiento de fe estén también cuidados. Este es nuestro desafío.
¿Actualmente es compatible el turismo con la fe y la devoción durante estos días?
La tradición católica, desde siempre, propone que la fe se haga cultura y estilo de vida y, desde ahí, han surgido montones de obras artísticas. El asunto es que haya una relación.En cambio, si lo turístico va por un lado y no hay nadie que ayude a unirlo con la dimensión religiosa es cuando aparece el riesgo. Lo que tenemos que preguntarnos todos es -y eso lo digo enValladolid- si nuestras Semanas Santas, además de ser de interés turístico, son también de interés religioso y cómo podemos declararlas de interés religioso para nuestras comunidades cristianas y ofreciéndose a personas que no sepan bien lo que en los pasos y las imágenes se representa porque no han leído nunca los textos ni los han escuchado.
En cambio, frente a la situación de la Semana Santa se encuentran otras cuestiones relacionadas que no gozan del mismo auge. Diario Palentino, coincidiendo con la festividad de San José, informó de que la provincia llevaba dos años sin vocaciones, un hecho que no se había dado desde que se creara el seminario en 1584
Al hablar de las vocaciones en la Iglesia, destacar que nosotros hemos celebrado un gran congreso en España centrado en este tema. Es evidente que precisamos vocaciones sacerdotales, pero también al pueblo de Dios. Con esto quiero decir que hay algunos cofrades que viven lo que significa su cofradía y la SemanaSanta en estos días, pero luego cuelgan el hábito y a lo largo de todo el año no aparece un deseo vivo de celebrar el domingo, es decir, lo que en estos días de Pasión expresamos de una manera tan intensa y extensa. Pero la llamada crisis de las vocaciones, que es real, solo la podemos entender si la vemos en su conjunto. ¿Qué ha descendido más en la vida de la Iglesia española en su conjunto, la vocación al ministerio ordenado o al matrimonio? Lo mismo ha descendido más porcentualmente la vocación matrimonial como sacramento.
Es difícil que puedan surgir vocaciones para ser cura si los chavales que se lo plantean no ven alrededor a personas que se planteen su vida como vocación en el matrimonio, en las cofradías o en otras formas de la vida cristiana o social, porque, a veces, uno echa de menos profesores, médicos o políticos que vivan el ejercicio de su profesión y de su función social como una verdadera vocación de servicio. La falta del clima de vida como vocación nos afecta a todos y, evidentemente, de forma muy especial a vocaciones que son para toda la vida.
En junio cumplirá tres años al frente del Arzobispado de Valladolid. ¿A qué desafíos se ha tenido que enfrentar?
Creo que los retos son bastante similares a los de otras diócesis de Castilla y León: articular la presencia y la vida de la Iglesia cuando la población está distribuida de una forma muy distinta a otros sitios. Además, especialmente en la ciudad y los pueblos de alrededor tenemos el gran desafío de la transmisión de la fe. Por otro lado, nos encontramos con retos nuevos en la acción social. Somos conscientes de problemas como la soledad de personas que viven solas, pero que, al mismo tiempo, la desconfianza hace difícil el poder acercarse a ellas.
Además, encabeza la CEE desde marzo de 2024. ¿Qué cuestiones ha tenido que abordar en este tiempo?
La CEE es una realidad de encuentro y de comunión de los obispos de España y de lo que trata es de prestarles servicio. El presidente de laCEEno manda sobre los obispos. No obstante, esta organización también tiene una dimensión instituciones de relaciones con las administraciones públicas. En el propio camino interno de la Iglesia, en este tiempo, sobre todo, hemos acogido la llamada del PapaFrancisco para vivir el sínodo, que hemos tratado de abordarlo desde laCEE tras hacerlo en las diócesis.
También destaco la coordinación de todo el trabajo que venimos haciendo desde hace unos cuantos años en la prevención de abusos y en la reparación de víctimas. Y, por último, hemos ayudado en cuestiones que afectan a algunas diócesis pero que en realidad nos afectan a todos, como las migraciones.
Hace unas semanas abogaba por una distribución justa de los menores inmigrantes
Los obispos de Canarias nos han hecho referencia a la situación de desbordamiento en la que se encuentra la capacidad de acogida de las islas y a lo que se realiza desde la Iglesia, que es bastante en esta materia. Por eso, nosotros, desde hace tiempo, hemos venido abogando por la necesidad de una distribución equitativa y justa, pero dentro de un plan global y de una política con criterios claros que no solamente tiene que ser española, sino europea.