Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


“Elecciones generales ya”

21/10/2024

Fue el grito que se escuchó en Madrid en la manifestación convocada por varias asociaciones cívicas para expresar su rechazo al gobierno.

No solo los manifestantes exigen elecciones generales; millones de españoles desean ver a Pedro Sánchez fuera de Moncloa y se inicie una nueva etapa con gobernantes que no cedan a chantajes inadmisibles que deterioran las instituciones españoles; gobernantes que no se muevan en el mundo de la corrupción, defiendan los intereses de España más que los propios, y no provoquen vergüenza e indignación a partes iguales por decisiones impropias de un país democrático.

Sin embargo, la realidad dura. Solo habrá elecciones si Sánchez está dispuesto a convocarlas, y quienes confiaban en que la falta de apoyo parlamentario le empujaría a hacerlo, han comprendido, ya que utilizará todos los medios para impedirlo. Empezando por aceptar las exigencias de los partidos dispuestos a darle un apoyo que nunca será gratis y, segundo, gobernando -ya lo advirtió- al margen del legislativo. Como ha hecho al no asumir el veto del Senado a la ley sobre reducción de penas a etarras e impedir que volviera al Congreso. Suponía un retraso de dos o tres semanas en su publicación, pero Sánchez la envió directamente al BOE.

Segunda realidad a tener en cuenta: no es seguro que Pedro Sánchez perdiera el gobierno en unas nuevas elecciones.

Los sondeos le siguen dando los mismos escaños que en el 2023, porque si bien es cierto que el PSOE pierde votos que en un porcentaje considerable se van al PP, los socialistas se alimentarían con los votantes perdidos por Podemos y Sumar; al estar en caída libre estos dos partidos, a Sánchez no le servirían para alcanzar la mayoría de investidura, y, por tanto, se abriría la puerta al PP. Sin embargo, a no ser que Feijóo lograse una mayoría absoluta, o casi, su situación sería similar a la actual: solo podría sumar con Vox, también en declive. Pero sabe perfectamente Feijóo que gobernar con Vox o con la ayuda de Vox implica que partidos con los que podría llegar a acuerdos se negarían siquiera a negociar. El PNV por ejemplo, o algunos regionales. En cuanto a Junts, será de derechas, pero es el partido de Puigdemont. Solo dar la mano a Puigdemont podría suponer el hundimiento del PP de Feijóo.

¿Solución entonces para que Feijóo llegue a La Moncloa? Centro, centro, centro. Y moderación. Con mensajes constructivos y propuestas de gobierno, en lugar de dar voz a figuras que solo se manejan bien en el insulto. Con esa estrategia transmiten que no tienen idea de política ni de los problemas ciudadanos.

Feijóo lo tiene crudo. Y, sin embargo, nunca un líder de la oposición ha tenido más fácil llegar al gobierno: pero es indispensable que meta bisturí en el partido y presente iniciativa bien construidas. En el PP solo lo hace Feijóo. Y, con frecuencia, los anuncios de sus iniciativas quedan ocultos por los titulares con las frases desabridas de algunos de sus más importantes sus colaboradores.