«Los magos solidarios recibimos mucho más de lo que damos»

Pablo Torres
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Rafael García es el nombre que se esconde detrás de Ráferty. Este mago especializado en espectáculos familiares, miembro de la Fundación Abracadabra, ofrece hoy su show de animación a la lectura en el centro cultural Lecrác, a las 18 horas

El mago Ráferty - Foto: DP

La Fundación Abracadabra es una organización sin ánimo de lucro en la que participan decenas de magos solidarios de todo el país para llevar la magia a aquellos que se encuentren en una situación especialmente delicada, como niños hospitalizados, ancianos o personas con discapacidad, por citar algunos ejemplos. Su labor social se materializa en unas 70 actuaciones mensuales en varios hospitales y en más de dos millones de personas ilusionadas a lo largo de sus casi 20 años de trayectoria. 

Rafael García es la persona que hay detrás del mago Ráferty, uno de los muchos que colaboran en la iniciativa.Especializado en los espectáculos familiares, lleva 15 años dedicándose a la magia, siete de ellos como parte de  Abracadabra. 

Después de actuar en hospitales, ¿percibe una mejoría en los niños?
Se nota mucho, y no solo lo decimos nosotros, sino también los médicos y familiares. En el rato que estamos allí cambian e, incluso, nos han llegado a decir que han mejorado de salud. Esa mejoría se percibe, sobre todo, a nivel emocional. 

Al final, son niños que están en un hospital y que, durante una hora, se olvidan de su enfermedad.

Esas actuaciones implican una mayor responsabilidad
La responsabilidad viene porque es una actuación muy emotiva. Vas a los hospitales a darlo todo por ellos. Lo primero, debes tragarte tus propias emociones. Cuando llego y veo allí a los niños, con las vías, recién operados, con sus tratamientos... El primero que se emociona soy yo. Hay que olvidarse de eso e ir a hacer la mejor actuación que puedas para que lo disfruten.

Recibimos mil veces más de lo que damos. Que un padre te diga que su hijo ha sonreído después de mucho tiempo hace que te sientas mucho mejor. 

¿Hubo algún acontecimiento especial en su vida para que decidiera unirse a la asociación?
Desde que empecé como mago conocía la asociación por las redes sociales e, incluso, por otros compañeros. Estaba deseando unirme y lo hice en el momento que pude. 

Tardé más de lo que me hubiera gustado, pero era por cuestiones de tiempo, no de ganas. 

Sus espectáculos están destinados a un público infantil
Infantil y familiar. El primero sería exclusivamente para los niños, y tienes que saber también su psicología; el segundo, debe llegar también a los padres. Durante muchos años hice magia para adultos, y si me vuelven a llamar lo haría igual. 

¿Cómo es enfrentarse a un público joven?
Es el más difícil que existe, y en eso coincidimos el 90% de los magos. Es un público más sincero: si le gusta, lo va demostrar; si le estás aburriendo, también. 

Se puede caer en el cliché de pensar que los juegos de magia en estos shows son muy básicos y poco trabajados
Hoy en día, y cada vez más con las redes sociales, los niños tienen todo a su alcance. En cualquier momento sales con un truco y uno te dice que ya lo ha visto y encima sabe cómo se hace.

Es cierto que, con un público infantil, los trucos son más comerciales y cuentan con menos manipulación, pero no solo se trata de hacerlo, sino de cómo hacerlo. En función de eso, su sorpresa varía.

Menciona el tema de las redes sociales y cómo han puesto al alcance de los niños las explicaciones de muchos de los clásicos juegos de magia. Como mago, ¿cree que este contenido ha hecho mucho daño a su profesión? 
Daño tampoco nos ha hecho. Nos hemos preguntado muchas veces entre compañeros si esto nos ha perjudicado, y la respuesta es que depende de cómo se mire.

Hay un dicho que dice lo siguiente: «que hablen de mí, aunque sea mal». En este caso, el hecho de que haya tanta magia en las redes sociales, aunque sea desvelando trucos, hace que mucha gente se anime a ver magia. ¿A qué obliga esto a los magos? A variar nuestros formatos. Ahora, puedo hacer el mismo truco, pero de un modo diferente para cambiar los esquemas. 

Cierto es que lo que se revela en internet son trucos que cada vez usamos menos. Son juegos básicos que se enseñan al comienzo en las escuelas de magia. 

Creíamos que nos iba a afectar más, pero la gente se encuentra en un punto en el que le apetece ver magia gracias a todo esto. 

Aun así, no digo que esto sea bueno. ¿Qué necesidad hay de desvelar la magia? Ninguna, pero yo me lo tomo como el que ve una película: sabe que lo que aparece en pantalla son efectos especiales. Yo me lo llevo a ese terreno. 

¿Quiénes son sus referentes?
Los que salían en televisión, como Juan Tamariz, Pepe Carrol o Màgic Andreu. 

Los referentes actuales en la magia infantil son Carlos Adriano y Kaito. Ahora son buenos amigos. 

¿Cómo fue el cambio de actuar para un público adulto a hacerlo para uno familiar?
La magia para adultos empecé a hacerla a nivel aficionado. Hacía lo típico: cartas, juegos con monedas, etc. 

Un día me contrataron para un cumpleaños. Nunca había hecho uno. Me lo pasé tan bien y vi la cara de alegría de los niños que, en ese momento, pensé que debía tirar por aquí. Llevo con la magia familiar prácticamente desde que me profesionalicé en esto. 

Lleva 15 años en la magia. ¿Cómo es la formación de un mago en sus comienzos?
Actualmente, hay varias academias de magia. Si no tienes esa posibilidad, puedes formarte a base de libros. No obstante, la mejor manera es rodeándote de muchos magos.