El alma de la canción

Rubén Abad
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Los temas argentinos de Ana Clara y el grupo 'Baladas para 3' encandilaron al público en un recital ofrecido en Suiza

Jimena Marazzi (primera por la izquierda) y Ana Clara Vera (segunda por el mismo lado) durante el concierto en el Teatro de Pré-Aux-Moines en la ciudad suiza de Cossonay. - Foto: Robert Kovacs

La voz de la soprano Ana Clara Vera Merino, una argentina afincada en Saldaña desde hace más de una década, encandila a quien la escucha. Así lo demostró una vez más hace unos días en el Teatro de Pré-Aux-Moines, en la ciudad suiza de Cossonay. Un cuidado recital de dos horas de duración en el que compartió escenario con el grupo Baladas para 3, anfitrionas de la cita.

La idea surgió el verano pasado cuando el trío de féminas pasaba unos días en la provincia. Tras un primer contacto inicial, la cosa no pudo ir mejor y organizaron un concierto conjunto en Saldaña, toda una novedad para los vecinos del municipio que se quedaron prendados del contenido musical. Tan bueno fue el recibimiento del público que decidieron repetir una vez más, en esta ocasión en Guardo donde la historia se repitió: un gran aplauso de los asistentes al concierto organizado por la Agrupación Musical de Guardo (AMGu).

Con estos antecedentes, el binomio Ana Clara-Baladas para 3 no podían dejar pasar la oportunidad y pronto la soprano fue invitada a Suiza para ofrecer este concierto que fue un gran éxito de público «con grandes aplausos y felicitaciones al final de la actuación», recuerda la argentina con entusiasmo.

La soprano argentina Ana Clara Vera lleva viviendo más de diez años en Saldaña.La soprano argentina Ana Clara Vera lleva viviendo más de diez años en Saldaña. - Foto: Robert Kovacs Sobre el escenario, una cuidada escenografía en la que, junto a las intérpretes , compartieron protagonismo los bailarines de tango Sarah Dos Santos, Pablo Moreno y Luis Guevara; junto a la interpretación al clarinete de Alfil Marazzi y los efectos visuales de Robert Kovacs que representaba con una fotografía cada uno de los temas.

A ellos, se unió un narrador Diego González, que explicó en francés, con los textos de Horacio Ferrer, alguno de los pases con la intención de que el público presente en el teatro conociese de antemano la historia de las canciones que estaban interpretadas en castellano entre la que destacaron los tangos y temas del afamado compositor argentino Astor Piazzola.

Para llevar a buen puerto este concierto en Suiza, Ana Clara Vera tuvo que desplazarse en dos ocasiones hasta el país. La primera, para los ensayos de los que precisa, «salieron como la seda»; la segunda, ya para el concierto «en un teatro precioso en el que también contamos con la función, como teloneros de excepción, de los alumnos de la Escuela de Música que tocaron el piano y el violoncello».

Si bien el grupo suizo ya está trabajando para su recital en Argentina que tendrá lugar en agosto, Vera y Marazzi conservan la idea de organizar algún evento conjunto durante el mes de julio en la provincia de Palencia. Por su parte, la soprano argentina ya ha confirmado su asistencia el próximo día 6 de abril, domingo, a la iglesia de San Pablo de la capital donde actuará junto a la Coral Vaccea y el Coro Regina Angelorum de Grijota.

MARAZZI. Jimena Marazzi es una de las tres minas que forman el conjunto Baladas para 3 junto a Joséphine Rapp y Eva Simonin. De ascendencia saldañesa, siente un vínculo especial con la localidad. «Me encanta viajar a España. Siempre he vivido en el extranjero, pero han sido pocos los veranos de mi vida que no los he pasado en Saldaña. Cuando después de un año en Suiza, el avión llega a volar por Castilla y veo la tierra amarilla y negra quemada por el sol, siento una emoción inexplicable», asegura.

Después de varias actuaciones en Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia y Toledo, precisa que actuar en Suiza con Ana Clara «ha sido una experiencia muy bonita. Para nosotras ha sido un honor que nos acompañara, no solo con su voz, si no también con su imagen que quedará proyectada en la canción Oblivion en cada uno de nuestros espectáculos».

Por ello, las integrantes del grupo suizo apostillan que interpretar varias canciones con la soprano «ha sido un regalo de la vida. El público apreció mucho la presencia de Ana Clara en nuestra actuación, tanto por su voz maravillosa, cálida y suave como por su auténtico acento argentino».

Pero no solo triunfan en su país de origen. Cada vez que viajan a España, las chicas de Baladas para 3 cuentan con una seguidora incondicional. Se trata de Andrea, la abuela de Jimena que vive en Saldaña y a sus 91 años no duda en acompañar a su nieta en todos los recitales. Sus tíos, primos y amigos de la infancia, que residen en el municipio, también son su gran apoyo en cada concierto.

Y es que, según Marazzi, al público palentino «le encanta las actividades veraniegas propuestas por los Ayuntamientos. Los espectadores quedan fascinados y nos ayudan, con su intensa atención, a dar lo mejor de nosotras mismas».

Asimismo, avanza que en 2015 volverán a organizar una pequeña gira por Castilla y León. «Nos encantaría volver a actuar en Saldaña, en el festival Estivalia de Guardo y en las Puestas de Sol de la Diputación Provincial», concluye.

Pese a su juventud, Marazzi tiene una dilatada trayectoria profesional. Empezó a tocar el piano con tan solo siete años y en su primer año de Conservatorio, recibió un premio por haber acompañado de manera muy precisa y expresiva a su padre que ejerce como clarinetista amateur. Con la mayoría de edad, obtuvo un certificado de piano. Desde entonces, compagina sus estudios musicales con la Licenciatura en Informática.

En este tiempo ha fundado y dirigido varios grupos de música coral latinoamericana. Su tiempo ahora se divide entre enseñanza de la música, composición y arreglo de temas, dirección coral y la «magnífica aventura de Baladas para 3», apunta.

VIRGEN DEL BREZO. Más allá de la comarca de La Vega, a la que tiene un cariño especial, Ana Clara Vera guarda un sentimiento difícil de describir cada vez que se acerca al santuario de la Virgen del Brezo en Villafría de la Peña.

«En 2002 acudí por primera como turista y quedé fascinada con este lugar», relata la soprano que confiesa que, una vez allí, «no pude aguantar las ganas de cantar un Ave María para comprobar la acústica del lugar».

Fue entonces cuando Jesús Urién, antiguo párroco del santuario, escuchó su voz y le invitó a la fiesta del emigrante. Tras su primera toma de contacto «me incitó a cantar en la misa de la Romería Mayor de San Mateo, algo que fue impresionante para mi. No lo podré olvidar porque nunca había vivido nada similar», reconoce.