• Carlos Mesa, secretario comarcal de UGTen Guardo, califica de «falta de lógica» que se queme carbón extranjero mientras las empresas palentinas están en un ‘ERE’.
Como ya hiciesen este verano pasado, los profesionales de la cuenca minera palentina han comenzado las reuniones y asambleas pertinentes para organizar las acciones de protesta que volverán a llevar a la calle a trabajadores y sindicatos en busca de una solución para el conflicto minero que vive en la actualidad uno de los momentos más difíciles que se recuerdan con las últimas decisiones del Gobierno.
Una vez se coordinen los sindicatos palentinos y leoneses, se espera que las primeras movilizaciones afecten a las centrales térmicas que, en el caso de nuestra provincia, incidirán sobre la planta que Iberdrola tiene en Velilla del Río Carrión, con el fin de que no entre en el complejo velillense el carbón de importación que llega diariamente en camiones.
«Hay que poner el punto y final a esta situación. No es lógico que se queme carbón internacional de empresas que tienen a sus trabajadores en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y con despidos. Estas compañías no deben meter ni un gramo de carbón porque, de ser así, esto supondría el gran negocio de su vida para los empresarios: gente en el paro y llenando el cupo con carbón de importación», aseguró ayer Carlos Mesa, secretario comarcal de UGT en Guardo.
Con esta medida, explicó Mesa, «pretendemos que dejen de entrar a la Central Térmica de Velilla una media de 1.500 toneladas diarias que llegan desde el puerto de Santander en unos sesenta camiones de aproximadamente veinticinco toneladas cada uno».
Para ello, se baraja la posibilidad de impedir la entrada de los mismos a las puertas de la propia instalación o cortar el tránsito de vehículos pesados en alguna de las carreteras que dan acceso al recinto.
Futuro. Por otro lado, el líder sindical en la comarca de Guardo también reflexionó sobre el futuro de la Central Térmica velillense de la que aseguró «ya se están aplicando desde hace semanas traslados a otras regiones como la Comunidad Valenciana, cuestión que no había ocurrido hasta ahora en la planta. A ello se ha de sumar la reducción de empleo de la plantilla».
Asimismo, manifestó su preocupación por la continuidad «de una planta energética que tiene que importar de otros países todo el mineral que consume quedándonos sin empleos en la Montaña Palentina cuyos habitantes son los que sufrimos la contaminación que produce La Térmica».