Abril es mes de caracoles en la capital y no solo en el parque del Sotillo durante el día de San Marcos Evangelista. Da igual que los criaderos ofrezcan kilos de este molusco durante todo el año, el interés se multiplica cuando los palentinos arrancan la hoja de marzo del calendario. Y eso tiene su consecuencia en la hostelería, que elabora más raciones para cubrir la demanda de sus clientes. El aumento de la venta en estas fechas varía según los bares se dobla y hasta llega a quintuplicarse. Es, sin ninguna duda, la temporada alta de este producto, que se extiende hasta mayo.
«Tengo clientes que los consumen durante todo el año, pero la época más fuerte coincide con las fiestas de Santo Toribio y, en especial,San Marcos», comenta Julio Enríquez, de la cervecería Caña Caña, que los vende desde que se hizo cargo del establecimiento en 2005. En su caso, habla de un interés que se multiplica por dos gracias a una «receta tradicional que me pasó mi madre».
Por su parte, desde elbar Vivas explican que «todo el mundo quiere caracoles en abril» y que las raciones vendidas en este período se triplican en relación con el resto del año. «Los clientes siguen con la tradición de pedirlos en el mes de abril. Los palentinos mantienen la costumbre por la fiesta de San Marcos, pero los que no son de aquí lo hacen porque es la época en la que suelen salir en el campo», aseguran. Su secreto para que los parroquianos repitan plato también está en su elaboración, que sigue los preceptos de toda la vida. «Los hacemos como siempre.Echamos un embutido muy bueno y quedan muy ricos», declaran.
Al igual que en los casos anteriores, el bar Javi también ofrece este molusco de criadero a lo largo de los 365 días del año. «Ahora hay muchísimo más interés. Calculo que cinco veces más. Las fiestas del Cristo y la de SanMarcos son propicias a la hora de comer caracoles si el tiempo acompaña, que es lo más importante. A finales de mayo la venta baja bastante», manifiesta Francisco Javier Requejo, que apuesta por un guiso «que deja un regusto picante».
De hecho, este incremento de la demanda provoca que haya bares y restaurantes que los vendan únicamente durante algunas semanas de primavera.Es el caso del bar Yakaré. Según explica Javier Amor, que tira del conocido refrán «los caracoles de abril para mí; los de mayo, para mi amo y los de junio, para ninguno» a la hora de hablar de este pequeño animal invertebrado, comenta que tiene «clientela fija» y todos los que hace, exclusivamente en estos días, «los tengo vendidos». «Lo hago así por tradición», manifiesta el hostelero. También es el caso del restaurante Pepe's, que solo incluye este producto en su oferta en la época de mayor auge, que en Palencia tiene su epicentro coincidiendo con dos santos,Toribio, en el barrio del Cristo, y Marcos, enEl Sotillo.