Más hogares formados que nuevas viviendas en las que vivir. Esta es la realidad a la que se asoma Castilla y León según el Banco de España, que dibuja un escenario entre 2022 y 2025 en el que el dinamismo del mercado inmobiliario de la Comunidad no servirá para doblegar al demográfico, impulsado principalmente por la llegada de inmigrantes. La entidad que preside Pablo Hernández de Cos estima que el déficit de vivienda en Castilla y León rondará los 4.000 inmuebles en los cuatro ejercicios analizados. Esto es, habrá 4.000 nuevas familias más que pisos terminados. El documento 'Informe Anual 2023' presentado esta semana por el supervisor bancario teje una suerte de retrospectiva y previsión sobre la situación a la que se enfrenta España y donde asegura que se necesitan 600.000 viviendas hasta 2025 para suplir el déficit de inmuebles en el país, pese a que hay casi cuatro millones de viviendas vacías o desocupadas. Este famoso 'déficit' de viviendas, espoleado por la imparable tendencia alcista del metro cuadrado, tampoco es ajeno a Castilla y León.
Los datos presentados por el Banco de España explican que entre 2022 y 2025 la Comunidad verá terminadas unas 20.000 nuevas viviendas. Un periodo en el que la creación neta de hogares –variación del censo población y del padrón– se espera que se ronde las 24.000 nuevas familias. Diferencia que desde el propio Banco de España revelan que es un «hecho inédito en la historia del mercado inmobiliario español».
Todo ello a pesar de los cuatro millones de casas vacías que hay en todo el país, aunque desde el organismo financiero reconocen las dificultades para que estas pudieran doblegar el déficit de viviendas: «Si bien la movilización de estas viviendas podría contribuir a aumentar la oferta, entre ellas existe una proporción importante que se encuentran en mal estado, con pobre accesibilidad o con muy baja eficiencia energética, por lo que su movilización exigiría, con carácter previo, una rehabilitación».
No obstante, la Comunidad presenta una peculiaridad, y el déficit de viviendas se producirá por el acumulado de 2022 y 2023, ya que entre este año y el que viene el organismo espera que se construyan más viviendas que nuevos hogares en Castilla y León. Hecho que la Comunidad solo comparte con Asturias, donde el Banco de España también prevé dos ejercicios de mayor dinamismo inmobiliario que demográfico. Los datos que acompañan al informe cifran en 10.000 los nuevos inmuebles levantados entre 2024 y 2025 en Castilla y León, pero rebaja hasta casi 5.000 la creación neta de hogares –casi cuatro veces menos que en los dos anteriores–.
Siete años de salario
El documento también entra de lleno en la problemática para acceder a la vivienda, especialmente en el caso de los jóvenes, y no oculta el aumento de los años que se necesitan de renta para satisfacer el precio de una vivienda. En el caso de Castilla y León hace falta destinar durante siete años las rentas del trabajo para poder comprar un inmueble en el centro urbano. Esto es la décima de España, muy lejos de Baleares (casi 12 años) o Madrid y Cataluña (11). Un esfuerzo que se reduce en Castilla y León hasta los cuatro años si la vivienda se compra en el medio rural. El Banco de España hace lo propio en su informe con el mercado del alquiler y revela que en la Comunidad es necesario destinar más de un tercio de la renta neta para arrendar un domicilio dentro de las ciudades de Castilla y León. Ratio que a nivel nacional se acerca al 40%.