Se quejan y lloran, con razón, dueños de hoteles, tabernas, bares, restaurantes y otros hosteleros porque no encuentran personas dispuestas a ayudarles. El resultado es patético pues, como en otras provincias, en Palencia no hallan trabajadores; sí muchas gentes que tienen ganas de vacaciones. Aumentan el turismo y otros entramados para mejorar las relaciones de los visitantes. Pero en este sector de la economía, como en el del pastoreo, ya ni los jóvenes quieren hacer labores. Es uno de los vicios de nuestro sistema; si hubiera penuria esto no ocurriría. Mas no es que invoque yo a esa pena, que sería injuria, sino al sistema subvencionado de general asistencia. Es bueno y sensato evitar la pobreza y apoyar a quien lo necesita cuando pierde un trabajo, para ello se paga su paro. 
Pero una cosa es que haya unos meses prudenciales donde se busque algo similar a lo anhelado, en función de las capacitaciones que cada cual tiene, y otra cuestión muy distinta es que uno rechace todo lo que no le gusta o no obtenga pingües beneficios y que eso lo paguemos todos. No veo sentido a costear el paro de quien no quiere trabajar: sería fabricar vagos. De hecho, las cifras de paro en España siguen siendo las máximas en la Unión Europea. Estamos muy mal organizados, pues podrían venir de otras regiones a trabajar a nuestras frescas tierras. Pero no estamos preparados para soportar a los frescos que solo aman la fiesta o solo quieren trabajan con sueldos enormes. ¿Y por qué no mejoran las condiciones? El resultado lo dice. Muchos hosteleros prefieren cerrar cuando no rinden económicamente, lo que significa que no compensa subir los salarios pues en ciertos momentos no se recauda lo suficiente para esto. 
Están cerrando porque no hay trabajadores, pero muchos cobran el paro que los demás con nuestro sudor pagamos. ¿Es justo? ¿Ayuda esto a un mejor desarrollo en nuestro país o a adormecernos? España tiene fama de tierra de juergas, siestas y perezosos. En verano cierran casi todo, lo que explica algo el clima, pero no se explica que donde ha de haber trabajadores estén en cambio, subvencionados amodorrados.