La obesidad es una compleja enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Puede provocar un aumento del riesgo de diabetes de tipo 2 y cardiopatías, puede afectar la salud ósea y la reproducción y aumenta el riesgo de que aparezcan determinados tipos de cáncer. La obesidad influye en aspectos de la calidad de vida como el sueño o el movimiento.
El diagnóstico del sobrepeso y la obesidad se efectúa midiendo el peso y la estatura de las personas y calculando el índice de masa corporal. Este índice es un marcador indirecto de la grasa y existen mediciones adicionales, como el perímetro de la cintura, que pueden ayudar a diagnosticar la obesidad.
Hasta aquí todo normal; es decir, que no aporta nada nuevo a lo que todo el mundo más o menos conoce, al menos en el hemisferio occidental. Lo que ya no es normal es que, tras analizar un informe elaborado por la Agencia Española de SeguridadAlimentaria y Nutrición (Aesan) y el Centro Nacional de Epidemiología (CNE), la mitad de la población adulta de la provincia esté por encima de los límites de lo que se considera sobrepeso.
¿Quiere decir eso que la sociedad palentina vive en la abundancia y acumula calorías como si fueran cromos? Evidentemente que no. De hecho, según los últimos datos ofrecidos por el Banco de Alimentos de Palencia son decenas de familias palentinas las que tienen que acudir (ahora se va a poner en marcha el denominado cheque-monedero) a esta organización para poder sustentarse. Lo que indica este informe es algo que ya comienza a ser muy preocupante dentro de la sociedad actual: nos alimentamos mal, a destiempo, y consumimos productos ultraprocesados que nos perjudican muy seriamente la salud.
Vivimos en una sociedad estresada, con prisas y en la que perder el tiempo, aunque sea para alimentarse, está muy mal visto incluso. Los horarios y los compromisos laborales y sociales nos han hecho perder la perspectiva de lo que es vivir con mesura, raciocinio y lógica.
Atrás quedan aquellos tiempos en los que la dieta de los palentinos pasaba por una buena menestra, unas legumbres de la huerta o la carne de vacuno de la Montaña Palentina, sin ir más lejos. Quizá no hay tiempo que perder en esta sociedad apelmazada por las prisas, pero comer bien no solo es necesario sino que es saludable.
Y lo que es más preocupante todavía, los expertos nutricionistas consultados por Diario Palentino inciden en el hecho de que cada vez hay más niños con sobrepeso, producto de costumbres insanas que comienzan a adquirirse en la casa familiar.