Las imponentes paredes de piedra del monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes resguardan siglos de historia, arte y cultura. Ayer, además, fueron el escenario elegido para celebrar una jornada de promoción con la intención de dar a conocer el invaluable legado que la orden Cluny dejó en Palencia.
Bajo la premisa de adaptarse a los nuevos tiempos e intentar que el mensaje llegue a las nuevas generaciones, la Diputación reunió a un grupo de creadores de contenido, historiadores y divulgadores para explorar y difundir los tesoros de la era cluniacense. «Queremos dar a conocer un legado que es único y muy valioso», señaló la presidenta de la institución, Ángeles Armisén.
Una oportunidad, también, para que los propios participantes se adentraran en un mundo hasta ahora desconocido para ellos. Así fue para el historiador, escritor y comunicador, Javier Traité, que nunca antes había visitado la provincia. Reconoció que la oportunidad de promocionar y preservar un legado patrimonial, muchas veces descuidado o ignorado, le motivó a participar en el evento. Tenemos demasiado patrimonio desconocido en nuestro país así que, cuando me lo propusieron, fue un sí rotundo», aseguró en declaraciones a Ical.
En ese sentido, Traité confesó su admiración por culturas como la inglesa, donde tienen arraigada la necesidad de gestionar correctamente el patrimonio. «Me da un poco de envidia. Allí nadie lo cuestiona. Lo valoran y están totalmente convencidos de cuidarlo, mantenerlo y promocionarlo», lamentó. Por eso, su participación fue una ocasión única para descubrir Palencia y su riqueza cultural, especialmente, a través de los monasterios cluniacenses como testigos en primera persona de cómo se vivía hace años y a los que él describe como «anomalías del paisaje cargadas de historia y poder».
Una experiencia que compartió, entre otras, con Sara Rubayo, historiadora del arte, escritora, divulgadora y presentadora. Ella, a diferencia de Traité, era ya una gran conocedora de lo que Palencia es capaz de ofrecer, pues lleva más de cuatro años trabajando para difundir las bondades patrimoniales del territorio a través de sus redes sociales, con más de 240.000 seguidores.
Para Rubayo, esta iniciativa era «más que necesaria», teniendo en cuenta que la provincia muchas veces es percibida como olvidada o carente de interés aunque se trabaje para demostrar lo contrario. Su labor divulgativa ha despertado la curiosidad y el asombro tanto de sus seguidores como de todas aquellos que, a través de sus vídeos, descubren la fascinante historia que se esconde en cada rincón de Palencia.
En su opinión, el secreto para conseguir captar la atención de miles de personas no es otro que el de adaptar el mensaje al lenguaje utilizado por quien lo recibe. «Debe ser accesible y atractivo, sobre todo, si pretendes que cale en las nuevas generaciones», remarcó. «Tiene que ser un mensaje corto, rápido, directo y atractivo. Cuando voy a Palencia suelo subir vídeos de menos de un minuto. Es tiempo más que suficiente para mostrar la provincia como el perfecto destino para una escapada de fin de semana», añadió.
Arenglón seguido, afirmó que si lo que se pretende es llegar a los jóvenes, hay que dirigirse a ellos a través de sus medios y mediante su propio lenguaje. «Si no lo haces en su mismo idioma, por mucho empeño que pongas, el mensaje no va a calar», destacó Rubayo. Una idea que comparte con Javier Traité, quien considera necesario «atacar desde todos los frentes» y «ampliar y diversificar la forma de divulgar para llegar al máximo público posible».
San zoilo y mucho más.
Junto a ellos participaron Diego Rubio (Arte Viajero), el creador de contenido especializado en viajes Carlo Cuñado y el arquitecto y fotógrafo José Daniel Navarro (Correuret). Todos ellos viajaron por la provincia para conocer, además de San Zoilo, el monasterio de San Isidro de Dueñas y el de San Salvador en Nogal de las Huertas, así como Frómista, Mave y Villalcázar de Sirga o la Villa Romana La Olmeda como «paradas obligatorias». Cabe recordar que, entre todos sus seguidores potenciales, suman más de cinco millones.
La jornada contó también con la presencia, en una de las mesas redondas, de la diputada de Cultura, Carolina Valbuena; el presidente de la Asociación Cluny Ibérica, Fernando Díez;el historiador Sergio Caminero y el presidente de la Fundación Santa María La Real, Ignacio Fernández Sobrino. «Nuestra intención es compartir y disfrutar en torno al patrimonio y hacérselo llegar a la gente del siglo XXI», concluyó el organizador de la jornada, Miguel Sánchez.