Tariego reintroduce frondosas para frenar incendios

Rubén Abad
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El proyecto se desarrolla en doce hectáreas del monte de los Propios. Incluye una entresaca de pinos de un 60%, consiguiendo una mayor entrada de luz y menor competencia entre los pies

Tariego reintroduce frondosas para frenar incendios

Tariego de Cerrato está inmerso en un proyecto medioambiental de gran envergadura con el que se persigue poner freno a los incendios forestales, la mayor amenaza de las masas boscosas de una provincia que sobresale por su patrimonio natural. En concreto, lleva a cabo un proyecto que consiste en la reintroducción de frondosas autóctonas con las que se pretende frenar el avance y la virulencia del fuego si se llega a producir este tipo de siniestros.

En concreto, se ha apostado por encimas y quejigos, que son menos combustibles al tener mayor aportación de agua. «Por ejemplo, una hectárea monoespecífica de pinos tarda en quemarse una hora. Si en la misma superficie la vegetación hubiera sido mixta, con frondosas al 50 por ciento y en igualdad de condiciones, hubiera tardado dos horas en quemarse», explica Eduardo Martín, uno de los colaboradores del proyecto. A renglón seguido añade, además, que de esta forma los medios de extinción «contarían con más tiempo para su combate y control del incendio».

Otras ventajas obtenidas, según se detalla en el proyecto, están directamente relacionadas con la biodiversidad de fauna y flora autóctona, favoreciendo así el «equilibrio ecológico» de las masas forestales y la «adaptabilidad» de nuevas especies con todo lo que ello conlleva. 

«Este método se debe implementar sin demora sobre más de cuatro millones de hectáreas de masas forestales existentes en España, convertidas en peligrosos polvorines a punto de estallar», sostiene Martín. En este sentido, hace referencia a la necesaria aplicación de los «adecuados» tratamientos selvícolas «durante todo el año», para mitigar el fuego.
Es ahí precisamente donde nace esta iniciativa integrada por el Ayuntamiento del municipio cerrateño (que aporta un presupuesto económico), con voluntarios de Aspace, IDForest (micorrización), el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Palencia (dirección del  proyecto), la empresa Tragsa (obra de campo) y Universidad de Valladolid, que fue la encargada del seguimiento de la investigación.

ENTRESACA DE PINOS

El proyecto realizado en el monte de Tariego ha consistido, en un primer lugar, en una entresaca de pinos de un 60 por ciento, consiguiendo así mayor entrada de luz y menor competencia entre los pies. Una vez extraída la madera talada de los lugares seleccionados, se optó por la siembra de diversificación, método que reúne «cualidades ecológicas, económicas y efectivas» en la obtención de los objetivos que se persiguen con este programa.

Para tal fin, se reservó un diez por ciento del total del ramaje procedente de los tratamiento selvícolas para la futura construcción de los amurallados, reza el proyecto, al que ha tenido acceso Diario Palentino. La siguiente fase, según explica Martín, fue la siembra de diversificación, empleando bellotas de encina, que se salvaguardaron de los pequeños roedores con PSF, un protector muy especírfico patentado por la Universidad de Valladolid.

Dichas bellotas se recolectaron en los montes El Viejo y los Propios para obtener una genética adecuada principalmente a la edafología y climatología, de la zona a realizar la siembra de diversificación. La densidad elegida es de 30 PSF/hectárea, protegiendo a cada uno de ellos con las ramas reservadas, construyendo su respectivo amurallado en forma de anillo circular con altura y ancho suficiente para protegerlo eficientemente de grandes predadores presentes en este rincón de la provincia como jabalí, corzo o ganado, ser pisados por personas, ofrecer materia orgánica según se vayan descomponiendo las ramas y sombra a las futuras plántulas.

El resultado obtenido de nascencia en esta siembra fue de un 80 por ciento en el primer año y, con la reposición de marras en el segundo año, conseguimos el 98 por ciento; «todo un éxito». «La función que se persigue con estos tratamientos es convertir las masas monoespecíficas, es decir, masas compuestas aproximadamente en un 90 por ciento de pinos de los montes, en masas mixtas con la introducción de frondosas autóctonas», concluye Martín.