Inclusividad y autonomía

Pablo Torres
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La Fiesta de la Rueda, organizada por Acremif, volvió a celebrarse después de siete años en el marco de MoviSop. Igualmente, por la mañana se llevó a cabo una jornada de caminos escolares en la que se dieron cita 250 alumnos

Autoridades, miembros de Acremif y voluntarios participaron ayer en la Fiesta de la Rueda. - Foto: Sara Muniosguren

Inclusividad, diversión, concienciación y movilidad sostenible fueron los ingredientes que ayer se entremezclaron en los alrededores de la catedral, donde la Asociación Cultural Rehabilitadora de Personas con Discapacidad Física (Acremif) volvió a organizar, tras siete años sin celebrarse, la Fiesta de la Rueda.

Así, la jornada, amenazada por unas nubes que no llegaron a materializarse en lluvia durante la tarde, incluyó un taller de reparación de bicicletas, la práctica de diversas actividades lúdico-deportivas y un tardeo solidario con entrega de premios y obsequios. 

La parte simbólica vino de la mano de un recorrido alrededor de la catedral, en el que participaron tanto personas con problemas de movilidad como los que allí se congregaron. Con una estampa inmejorable, con la Bella Desconocida de fondo, comenzó la vuelta a la seo como acto de reivindicación de un «espacio de convivencia y sensibilización», se señaló desde la organización. 

Al finalizar, una merienda solidaria ayudó a reponer fuerzas. 

CAMINOS ESCOLARES. La III Jornada de Movilidad Escolar, celebrada también en el marco de MoviSop, dio cita a unos 250 alumnos de Primaria de diferentes centros de la capital en una iniciativa que, por tercer año, buscó reivindicar los entornos escolares como un espacio educativo a la vez que se conciencia a los centros a trabajar en la autonomía de los niños que acuden a las aulas. 

En este sentido, la jornada sirvió para poner en valor la labor de los colegios que durante el pasado curso trabajaron iniciativas para fomentar dicha autonomía. En este punto, la coordinadora de Caminos Escolares, María Tejedor, subrayó la labor del CEIP Padre Claret, que llevó a cabo los siete retos propuestos por la organización.

Estos retos fueron los siguientes: aumentar el número de niños que van solos al colegio, participar en las actividades de sensibilización, señalizar los caminos escolares en los centros, incorporar a los comercios de proximidad, trabajar la autonomía en el camino al colegio de forma curricular en las aulas, fomentar la implicación de las familias y, por último, incentivar la movilidad escolar. 

Durante toda la mañana, los alumnos disfrutaron de diferentes juegos con la movilidad sostenible como hilo conductor.