La lucha de las administraciones públicas contra el consumo de tabaco dio el pasado viernes un paso importante. El Misterio de Sanidad aprobó el nuevo plan antitabaco que se aplicará en el país hasta 2027. 

Entre los objetivos de este paquete estratégico se encuentran prevenir el consumo de cigarros, fomentar el abandono del tabaquismo o reducir la presencia de humo en zonas públicas. Bajo estas pretensiones, el nuevo plan pone sobre la mesa la prohibición de fumar en espacios de uso colectivo, equiparar la regulación de los cigarros convencionales a la de los electrónicos y subir el precio de las cajetillas a través de un nuevo gravamen fiscal. Asimismo, se pretende eliminar cualquier distintivo en las cajetillas de tabaco (uso de logotipos o información adicional) y estandarizar los colores y la tipografía de todas ellas. 

Uno de los mayores debates reside en la posible prohibición de fumar en terrazas, parques, playas o marquesinas. Varias autonomías defienden que sean ellas mismas las que continúen con las competencias para decidirlo. 

Si bien el Ministerio dio luz verde al nuevo plan, dichas restricciones no se harán efectivas hasta que se legisle en base al mismo. Por ello, la situación real del tabaquismo en España seguirá siendo una incógnita hasta que el Congreso apruebe las nuevas leyes. 

[Encuesta a pie de calle en la edición impresa]