La silueta del prótomo de bronce con dos cabezas de caballo descubierto en la campaña de 2018 y la leyenda Asedio de La Loma sobre un fondo en color vino junto a la carretera P-214 (Santibáñez-Santana) son el primer indicativo que se encuentra quien se acerca hasta las inmediaciones del castro cántabro de Santibáñez de la Peña en el que se advierte de la existencia de un yacimiento arqueológico en el entorno.

Ese es el primero, pero en total hay, según las estimaciones del Ayuntamiento santibañés, media decena repartidos por el cerro, unos con datos más generales y otros con información sobre lugares muy concretos de este significativo episodio de las Guerras Cántabras como, por ejemplo, el campamento principal (castra principalis). El más esclarecedor y el que más información aporta es el ubicado justo al final del camino de acceso, que ofrece una imagen general de los acontecimientos históricos que allí tuvieron lugar hace dos milenios.

Fuera del yacimiento, del vestíbulo de la casa municipal de cultura cuelga un gran infograma titulado La resistencia de un pueblo frente al poderío de Roma, el mismo que ilustra esta información. Una visión didáctica sobre el castro, el campamento y los Castellum A y B. Sobre este fortín A, que es el que ha quedado destruido por un buldócer para una plantación de árboles para un proyecto europeo de captación de CO2, destaca que fue el «destinado a la defensa y vigilancia del flanco occidental del castro y al control de la vía de paso hacia el norte». Además, lo identifica geográficamente para que vecinos y turistas conozcan sus ubicaciones.

Todo ello forma parte de un proyecto de musealización que se completa con la página web www.lalomasantibanez.wordpress.com. En este portal se ofrece información histórica y didáctica sobre la ciudad fortificada y la presión que sobre ella ejercían las tropas del Imperio, así como imágenes de las excavaciones y de los materiales recuperados. Fíbulas, monedas y cerámicas configuran la colección, entre las que destacan, más de 3.000 puntas de flecha de factura romana.

RESPONSABILIDAD SUBSIDIARIA

Entre tanto, y después de un fin de semana en el que se han sucedido las reacciones a nivel político (el propio consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, se refirió en Valladolid a los hechos que adelantó Diario Palentino como un «disparate»), el proceso judicial sigue adelante. En este punto, el alcalde de Santibáñez, Manuel Maza, se refirió a la «responsabilidad subsidiaria» que pueda tener la empresa gallega promotora de la intervención. 

«Hay que preocuparse cuando se va a intervenir en un terreno y, sobre todo, hacer una obra de este calado. Se deben comprobar todos los permisos y ver que están en regla», manifiesta el primer edil. Además se da la circunstancia de que la maquinaria empleada es de una tercera empresa, a la que se le subcontrató el buldócer, según la información facilitada por el Consistorio. De todas las diligencia se encarga el Seprona de Barruelo de Santullán, quien también paralizó las obras a instancia del Ayuntamiento.

ARQUEÓLOGOS

El siguiente paso será ahora encargar una prospección para dar cuenta de los materiales que hayan podido salir a la luz y valorar el alcance de la destrucción que se ha producido. De estos trabajos se encargará, previsiblemente, el equipo de arqueólogos que dirigen las excavaciones cada verano sobre el terreno. «Su informe será una de las pruebas que se remitan al Juzgado, pues es ahí donde conoceremos el alcance de los daños», concluye el alcalde santibañés.