Mariano Haro se calzó ayer de forma simbólica por última vez las zapatillas deportivas y volvió a pasar en primera posición por la línea de meta en una carrera de fondo marcada a fuego por el esfuerzo, la pasión, la entrega y la absoluta dedicación a lo que fue su gran su pasión y la razón de su existencia: el atletismo. ¿El premio? La Medalla de Oro de la Provincia a título póstumo como símbolo de la unión eterna con su tierra y del profundo cariño, admiración y respeto que le profesaron en vida quienes tuvieron la suerte de conocerle.
Esta vez no subió a lo más alto del pódium, pues no hay cajón lo suficientemente grande para encumbrar a quien fuera una figura en vida y ya es una leyenda eterna del atletismo español. Tampoco hubo pista por la que correr desafiando a los elementos como él siempre acostumbró, pero sí un salón de actos del palacio provincial rendido a los pies del León de Becerril, en un acto muy sencillo en el que las emociones y el cariño fueron dos espectadores más. Quizás los más importante con permiso de su familia, que no quiso perderse este acto institucional que vino a devolver a Haro todo lo que el ilustre deportista hizo por su provincia.
Fueron precisamente su viuda, María del Mar Carrasco, y sus cuatro hijos (María, Cruz, Mariano y José Antonio) los encargados de recoger la Medalla. Y lo hicieron con profundo orgullo, al tratarse no de un premio más que se suma a su dilatado palmarés, sino de uno de esos galardones que tienen reservado un lugar especial, además de en la vitrina, en la memoria y en el corazón. Así lo puso de manifiesto su hija mayor, María Haro, durante su breve pero sentida intervención, en la que estuvo acompañada por gran parte de la familia más directa (la primera esposa del deportista -María Consolación Maeso-, nietos, biznietos, hermanos y sobrinos) de un hombre fiel a sus principios que falleció a los 84 años de edad el pasado 27 de julio de 2024.
Diputación engrandece el legado de Haro con su Medalla de Oro - Foto: Sara Muniosguren«Mi padre se merecía esta Medalla de Oro que hoy [por ayer] recogemos en su nombre, y por eso estamos todos aquí reunidos en una tarde donde la emoción y el cariño que sentimos por él se hacen presentes. A la familia, este reconocimiento nos llena de orgullo», manifestó la primogénita de Haro, que hizo las veces de portavoz de los suyos.
A su juicio, Mariano Haro se merece este y cuantos homenajes se le tributen, «por todo lo que hizo por Palencia y por Becerril de Campos» en una época en la que los triunfos se conseguían por méritos propios, alejado del foco mediático y sin los avances del presente. «Es el más grande, y no lo digo yo porque sea su hija, sino que ahí están los méritos a nivel nacional e internacional, que son muy difíciles de igualar», enfatizó.
Entre esos logros destacan su participación en tres Juegos Olímpicos (México 68, Munich 72 y Montreal 76), sus catorce comparecencias en el Campeonato del Mundo de Cross (en cuatro ocasiones consecutivas se alzó con el título de subcampeón, entre 1972 y 1975), dos oros en la Copa de Europa, 36 títulos de campeón de España y 62 veces internacional absoluto entre 1962 y 1977. Más allá de los trofeos en la pista, también posee la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo y el Premio de Honor del Deporte Palentino en 2019, consolidando su estatus como uno de los más grandes deportista que ha dado la provincia de Palencia en todos los tiempos.
Diputación engrandece el legado de Haro con su Medalla de Oro - Foto: Sara MuniosgurenMéritos que consiguió a fuerza de estrenamiento y trabajo duro en una época en la que «todo era mucho más difícil» porque, como bromeó María en declaraciones a Diario Palentino, «las zapatillas de ahora corren solas». Más allá de lo deportivo, Haro también tuvo un papel destacado en la política provincial como alcalde de Becerril de Campos (1979-2003) y como diputado en la misma casa en la que ayer se colgó su última medalla. «Se movió mucho, y no descansaba en su anhelo de mejorar el pueblo», rememoró su hija, quien agradeció a la presidenta de la Diputación, Angeles Armisén, y la corporación provincial en su conjunto, la concesión de la más alta condecoración de la institución.
Una Medalla de Oro que ya tiene en la casa familiar un sitio especial, juntos a los trofeos que el atleta consiguió durante su carrera. Ahí permanecerá a la espera de que alguien dé el paso de crear un museo para honrar su memoria, dando así continuidad a otras distinciones que recibió en vida como la plaza que lleva su nombre en Becerril, el campo de fútbol de la villa terracampina o el pabellón de deportes del barrio del Cristo en la capital.
UN PALENTINO UNIVERSAL
Diputación engrandece el legado de Haro con su Medalla de Oro - Foto: Sara MuniosgurenPara llegar hasta aquí hubo que esperar varios minutos en un abarrotado salón de actos, que se quedó pequeño para acoger tanto cariño y muestras de afecto a uno de los precursores del deporte en una España aún en blanco y negro. Antes, sonó el Himno a Palencia interpetado por la soprano Natalia Bravo, que dio el pistoletazo de salida a una ceremonia en la que también se proyectó un vídeo de reciente creación a modo de homenaje en el que se ensalzó la figura de este palentino universal que llevó el nombre de su tierra por todo el globo terráqueo.
«Su dedicación y disciplina por el atletismo no solo le valieron medallas y reconocimientos, sino que también han inspirado a muchas generaciones a seguir sus pasos y a perseguir sus sueños. Sin duda, su legado en el ámbito deportivo es un faro de excelencia y perseverancia», apuntó la presidenta durante su discurso.
A renglón seguido, Ángeles Armisén se refirió al «carácter castellano» del atleta terracampino, su «imponente presencia» y su «gran capacidad de resistencia», la misma que llevó a la prensa nacional a bautizarlo como el León de Becerril. «Porque él corría, corría como una fiera por los campos de Castilla, con la audacia y valentía del que se sabe campeón», puso de manifiesto.
«El primer paso es siempre el más difícil, pero es el que te acerca más a tus sueños. No dejes que el miedo te detenga, porque cada paso cuenta en el camino hacia tu meta. Así es como comenzó Mariano Haro, sin miedo. Porque él no era solo un atleta, era el espíritu de Palencia y de Castilla y León», continuó.
En paralelo, hizo referencia durante su alocución a los inicios de Haro en el mundo del atletismo cuando, sin ninguna experiencia previa en campeonatos oficiales y con apenas 19 años, se enfrentó a su primera carrera en Palencia. Fue aquella prueba, que ganó, la que despertó en él ese gusanillo por una disciplina que le acompañó a lo largo de su vida.
«Corría el año 1959. Su vida cambió radicalmente y también la vida del deporte palentino», afirmó Armisén. Y es que allí se encontraba Gerardo Cisneros, su descubridor y entrenador, que se quedó maravillado por su forma de correr y por su capacidad en la pista. «El gran maestro del campo a través llegó a decir en una entrevista que, si Mariano Haro hubiese nacido en la actualidad, sería igual de popular que el tenista Rafa Nadal», resumió.
LIBRO DE HONORES
Se zanja así el expediente que inició el servicio de Cultura de la Diputación a propuesta de la presidenta, toda vez que la comisión designada para tal efecto confirmó que Mariano Haro cumplía con todos los requisitos que recoge el Libro de Honores y Distinciones.
Este recoge, en su artículo 3 y tal y como recordó la diputada del área, Carolina Valbuena en la lectura del acta, la posibilidad de rendir tributo a aquellas personas «cuya trayectoria haya sido excepcional y ejemplar, contribuyendo de manera notable al prestigio de nuestra tierra y a los valores que defendemos como sociedad».