Chica Almodóvar de fama internacional que disfruta de una sociedad cambiante en la que «las mujeres por fin empiezan a tener el sitio que se merecen». Así es Marisa Paredes, que ayer recibió en Granada el premio Lorca a su carrera profesional.
Voz y rostro de personajes reconocidos del cine, el teatro y la televisión, presidenta de la Academia de Cine durante el arranque de los 2000, destaca su emoción por este reconocimiento en una entrevista en la que aprovecha para alzar la voz contra la violencia machista, esa que convierte a «todas» las mujeres en víctimas, si bien reconoce avances en un sector en el que las actrices pueden seguir siéndolo sin importar la edad.
Paredes (Madrid, 1946) presume de haber tenido como único carné el de feminista «porque la independencia te da la libertad», y celebra que «las mujeres por fin empiezan» a tener el lugar que «merecen» «Por mérito, no por ser mujer. Por ser buena en lo que hagas y, además, ser mujer. En vez de estar por debajo vamos a estar al mismo nivel que los hombres, en igualdad de derechos y de condiciones», insiste.
En este punto, mantiene que todas las mujeres han sido agredidas en algún momento de su vida y reprocha a los hombres que reaccionen con sorpresa a esta sentencia porque «ellos son, en general, los que agreden». «Siempre ha habido un pellizquito en el culo que te han dado en el metro o en el autobús, un tocarte la teta o rozarte el culo sin que te dieras cuenta y que tengas que decir 'qué me ha hecho usted'. O ese que te abraza y te coge por la cintura. ¿Con qué derecho?», reprocha la actriz, que asegura que el movimiento feminista es «lo más importante que ha pasado en el mundo en los últimos años» y lo defiende con vehemencia.
A unos meses de que Granada sea el escenario de la entrega de los Goya, Paredes destaca la emoción de un premio con el nombre del autor de Yerma, un García Lorca al que interpretó en Comedia sin título, la obra que no pudo terminar.
«El premio es cuando el público se acerca y te dice gracias. Es que tu vehículo, tu emoción, tu sentimiento, contar lo que un personaje tiene de blanco y de negro, de bueno y de malo, llegue a la gente», añade la actriz, que ejerce el privilegio ganado con los años de elegir personajes y proyectos como su papel en Periferia, una película de Carlos Molinero rodada en cooperativa y por la que no ha cobrado.
«El dinero para mí siempre ha sido lo último. Cuando me hablan de una película, hago lo que me parece más interesante, y tengo claro que lo que no es interesante es lo que cobras por ese trabajo», reconoce Paredes.