La frase «pegarse un tiro en el pie» pertenece a la política inglesa. Se produce cuando en lugar de arremeter contra el adversario, con poca fortuna, con estupidez, miedo, inseguridad o por tener exceso de confianza en uno mismo, no se valora de forma suficiente el enfrentamiento y se sale mal parado de lo que uno mismo provocó. El político prudente antes de entrar en un conflicto valorará los efectos de su enfrentamiento, incluso los colaterales, previsibles u ocultos, para evitar los inoportunos disparos.
La crítica de Sánchez al israelí Netanyahu ha liquidado de un inoportuno plumazo la posible Conferencia de Madrid que proponía Albares y que hubiera sido un éxito político por sus previsibles consecuencias y pactos. Además, ha provocado una advertencia israelí: tenga cuidado, le han dicho a Sánchez, porque el terrorismo de Hamás representa también un peligro para España. Tiro en el pie.
El pacto firmado del PSOE, ERC y Junts, incluye entre sus acuerdos averiguar si Borrell ordenó espiar a las embajadas catalanas. Para qué se firmó así. Otro tiro en el pie.
El previo «no» del exministro de Justicia y magistrado Juan Carlos Campo a la amnistía le ha provocado su abstención en la votación del Tribunal Constitucional y se teme origine un aluvión de recusaciones a los magistrados tras apartarse Campo sobre la amnistía. Conllevando pérdida de fuerza en la postura oficial. En la actualidad, el bloque progresista tiene una mayoría 7-4 frente a los magistrados de sensibilidad conservadora y la abstención del exministro merma esa ventaja. Además, su negación exige su dimisión ética por imparcialidad y falta de coherencia. No bastaría solo con apartarse del asunto. Otro tiro.
La patente esgrimida por Sumar y Yolanda Díaz al frente, para acusar a jueces y al mismo Consejo General del Poder Judicial es otro tiro al pie, por cuyo efecto Bolaños se ha tenido que desmarcar del cogobierno y manifestarlo públicamente para evitar la inseguridad jurídica que a principios de legislatura provocarían. 
Los tiros son muchos, pero sus efectos nulos, aquí nadie dimite. Ese es el gran disparo al propio pie.