La palentina Isabel Bermejo López es un ejemplo de que los planes juveniles se pueden cumplir satisfactoriamente. Antigua alumna de los colegios Santo Ángel y La Salle, se marchó a Madrid a estudiar Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) con ganas de regresar a casa y trabajar de aquello en lo que se formó. «Siempre pensé en volver a Palencia. Es una ciudad muy muy agradable. Sabía que la vida, incluso para un estudiante, es más complicada allí a la hora de hacer cualquier otra cosa y organizarme mi tiempo. Además, tenía la familia aquí y nunca me plantee quedarme en la capital madrileña», explica satisfecha la arquitecta.
Ahora tiene 45 años y, tras varios cursos de posgrado y trabajar en una constructora vallisoletana, lleva 20 como autónoma y con estudio propio. «Era lo que había querido», resume Bermejo, quien busca siempre el lado positivo de residir en Palencia. «Creo que es más fácil desarrollar el trabajo como arquitecta en una ciudad pequeña como esta porque nos conocemos muchos y el boca a boca funciona bien», comenta.
De su trayectoria profesional también destaca su labor como arquitecta gestora en el área de rehabilitación integral (ARI) Tierras del Renacimiento en Paredes de Nava,Fuentes de Nava, Becerril de Campos y Cisneros. «Lo compaginé con el estudio y fue una experiencia muy positiva y gratificante. Se invirtió mucho dinero y vimos cómo iban cambiando las viviendas y el entorno arquitectónico.Cualquiera que se diera un paseo por estas localidades hace unos cuantos años y ahora puede comprobar que mejoraron mucho», asegura.
Por otro lado, comenta que esta medida también facilitó el empleo en el sector de la construcción en un momento en que la crisis económica castigaba con dureza. «Fue bueno para los propietarios de la vivienda y para la economía de la zona. Y para mí fue una experiencia bonita», recuerda la palentina, que ha diseñado casas unifamiliares y edificios de viviendas. Además, está especializada en inmuebles pasivos (passivhaus designer). «Ofrecen un gran confort a la gente que vive en ellas y creo que eso es importante», añade.
«La arquitectura me gusta mucho y tengo la suerte de trabajar de ello y de hacerlo en Palencia, cerca de todo mi entorno y de mi familia.Además, puedo ofrecer a mis hijos la suerte de crecer en Palencia, donde todo nos queda cerca y donde hay tiempo», explica Bermejo tras recordar la calidad de vida de la ciudad del Carrión. «En Madrid, donde viví durante seis años, tomar un café era una complicación y aquí es una cuestión relativamente sencilla. Aunque todos tenemos cosas que hacer en nuestro día a día, es más fácil sacar algún momento libre», concluye Bermejo.