El Ayuntamiento mantendrá congelado el gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles el próximo año. Así lo confirmó ayer a este periódico el concejal de Hacienda, Carlos Hernández, que una vez pasados los sanantolines trabaja ya en el diseño de las ordenanzas fiscales del próximo año. Así, el gravamen que aplicará el Consistorio durante 2025 será del 0,5847% para los inmuebles de naturaleza urbana, del 0,886% para rústica, y del 1,120% para los de características especiales. ¿Significa eso que su recibo se mantendrá congelado? No en la mayoría de los casos.
Y es que, a la vez que el Ayuntamiento avanzaba a este periódico que no tocará el gravamen del IBI el próximo año, la Gerencia Territorial del Catastro está enviando a cientos de domicilios de la capital cartas en las que se informa a los propietarios del nuevo valor catastral de sus viviendas. Ese nuevo valor surge de la ponencia colectiva llevada a cabo por el Catastro a petición del Ayuntamiento, es decir, de la actualización simultánea de los valores catastrales de todos los inmuebles del municipio. Es lo que se denomina popularmente como catastrazo y no es otra cosa que un método para ajustar el valor monetario que la Administración asigna a un inmueble a los valores de mercado inmobiliario. La última vez que se llevó a cabo en la capital fue en 1996, por lo que esta ponencia colectiva va a terminar con 28 años de desajuste.
El valor catastral viene determinado por el valor del suelo y de la construcción, y es sobre el que se aplica el gravamen que establece el Ayuntamiento. Lógicamente, en la gran mayoría de los inmuebles de la capital esos valores se han incrementado desde 1996, lo que significa que su recibo del IBI subirá el año que viene... y los siguientes nueve.
La carta y sus consecuencias. La carta que la Gerencia Territorial de Catastro está enviando a los propietarios de la ciudad les informa de que tienen a su disposición el nuevo valor catastral de sus inmuebles. Para ello, se les remite a la sede electrónica de la entidad (www.sedecatastro.gob.es) para recibir la notificación oficial y, de paso, descargarse el certificado con los datos actualizados.
En este documento, además de informar de todos los datos relativos a cada inmueble, se incluye también una proyección de cómo afectarán los cambios en el valor catastral al recibo del IBI del próximo año. Si no está de acuerdo con el cálculo realizado por el Catastro, dispone de un mes para presentar un recurso a contar desde el momento en el que se descargue la notificación. El plazo para hacerlo termina el 29 de septiembre.
Hasta que no finalice este proceso de notificaciones y alegaciones, no se sabrá con exactitud a cuántos inmuebles de la capital afecta la revisión catastral ni cómo repercutirá a las arcas municipales. El Ayuntamiento ya dispone de la ponencia llevada a cabo por el Catastro pero no se hará pública hasta que no culmine este proceso de notificaciones y posibles recursos. En todo caso, el 1 de enero de 2025 estará en vigor.
Aquellos inmuebles que vean incrementado su valor catastral -la mayoría- no lo verán trasladado de golpe en su recibo del IBI de 2025. Hay que tener en cuenta que para algunos propietarios, el incremento va a ser importante. Por este motivo, la actualización del valor catastral se aplicará en un total de diez años.
Un ejemplo grosso modo. La vivienda de la familia Antolín tiene un valor catastral de 17.000 euros. El recibo que ha pagado este año ha sido de 99,39 euros, que resulta de multiplicar esa cifra por el tipo que aplica el Ayuntamiento, el 0,5847%.
En la notificación que ha recibido por parte del Catastro, se le informa de que su vivienda pasa a tener un valor catastral de 35.000 euros, 18.000 euros más. Si se aplicara directamente, eso supondría pasar a pagar un IBI de 204,6 euros, más del doble. Sin embargo, el valor se va a repartir a lo largo de los próximos diez años, lo que significa que el año que viene el cálculo del recibo se hará sobre 18.800 euros (17.000 + 1.800) y tendrá que pagar 109,92 euros.
En 2026, el valor del inmueble pasará a costar 20.600 euros (17.000+1.800+1.800) y el recibo volverá a subir hasta los 120,4 euros, y así se hará sucesivamente hasta que en 2034 su IBI alcance los 204,6 euros, siempre que el Ayuntamiento mantenga ese tipo de gravamen del 0,5847%.
Una oficina resolverá las dudas de los contribuyentes en la sede de Mariano Timón
La carta enviada por la Gerencia Territorial del Catastro exige tener acceso a internet para descargarse la notificación y toda la información sobre la actualización de los valores catastrales. Lógicamente, no todo el mundo tiene los medios para poder hacerlo, además de que puede ser un trámite complicado para quienes no se manejan con ordenadores. Aunque junto a la carta se adjunta un díptico con información paso a paso de lo que hay que hacer, la sede municipal de la plaza de Mariano Timón va a contar con una oficina en la que dos técnicos del Catastro y uno del Ayuntamiento van a informar y ayudar a los ciudadanos que lo necesiten. Además, también se puede acudir con la carta a la Gerencia del Catastro (con cita previa) y a los puntos de información catastral ubicados en las administraciones públicas.