El secretario del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, exigió ayer la aprobación por parte de la Junta de la Ley del Reto Demográfico, que recoja las ayudas para la fijación de nuevos pobladores, inversión y empresas en el medio rural y trate de equilibrar el coste de vivir en la España despoblada debido al coste de los servicios públicos.
Para ello, avanzó que el PSOE liderará el proceso para contar con esta nueva normativa de la mano de los agentes del Diálogo Social y del territorio, y agregó que Castilla La-Mancha cuenta con esta ley y «ha conseguido revertir el declive demográfico y retener talento joven». «Solo ha habido dos momentos en los que Castilla y León ha recuperado población, coincidiendo con el Gobierno de Zapatero y ahora, nuevamente, con un Gobierno socialista», aseguró.
El líder de los socialistas castellanos y leoneses, que participó en un desayuno informativo junto con dirigentes del PSOE de Soria, recordó que el crecimiento de algunas zonas de la Comunidad se produce «por la llegada de población inmigrante», y lamentó que el Gobierno de la Junta tenga «tintes racistas y de odio» y no perciba el beneficio de contar con nuevos pobladores.
También, arremetió contra la gestión autonómica de la política económica, que ha conseguido que Castilla y León sea la segunda comunidad, por detrás de Cataluña, que más empresas ha perdido en los últimos 15 años. En concreto, detalló, 550 salieron para ubicarse en Madrid, que es «el agujero negro para la fuga de talento». En relación a la tramitación de los presupuestos de la Junta aseguró que es un «síntoma de preocupación y debilidad» que sea la última autonomía en hacerlo, según informa Ical.
Por otro lado, Tudanca consideró que el PP y Vox «están muy cómodos juntos» por lo que descartó que se produzca un adelanto electoral en Castilla y León, ya que, además, apuntó, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, «ha asumido todos los postulados de la extrema derecha con la negación de la Agenda 2030 o la violencia de género». Yprecisó que en este Gobierno de coalición no hay «ruptura alguna», ya que Mañueco no alza la voz ante declaraciones del vicepresidente sobre la inmigración.