Muchos conocen a Aniceto Loma Luis por su trabajo como docente durante décadas en el Colegio Vegarredonda y otros por su vinculación al Grupo Literario Guardense, pero la mayoría le tiene un cariño especial por su dedicación a la hora de preparar los pasos de la Parroquia mucho antes de que las cofradías comenzasen a recuperar la Semana Santa de la villa a finales de los años noventa.
Lo hacía con esmero recogiendo brezos y flores silvestres que después colocaba sobre las andas haciendo que las tallas luciesen mucho más brillantes durante su recorrido por las calles del municipio montañés ante las miradas cargadas de devoción de los vecinos.
Una tarea que los cofrades y feligreses recuerdan con cariño y agradecen enormemente. Por ello, le han elegido este año para abrir la programación oficial de la Semana de Pasión con un emotivo pregón que reunió en la tarde-noche de ayer a cientos de personas en la iglesia parroquial de Santa Bárbara.
Un discurso plagado de recuerdos en el que la historia, las vivencias personales y el misticismo compartieron protagonismo con versos de grandes literatos de la talla de Federico García Lorca, Miguel Unamuno, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
De este modo, explicó cómo llegados estos días se plantaba en la iglesia de Muñeca de la Peña, su pueblo natal, lo que los devotos denominaban El Monumento: un juego de telas en tonos morados que se colocaba frente al altar barroco del templo con las escenas más representativas de los últimos días de Cristo.
También habló de la figura de San Francisco de Asís en la Iglesia. «Él fue quien rescató para el pueblo la teología de la sencillez, unió el Belén con la cruz. La gente no adoraba imágenes hasta entonces, pero esas figuras les recordaban a Jesucristo», afirmó Loma Luis.
De la Edad Media saltó a la Europa actual abordando el problema de los refugiados sirios. «Hoy hay países donde hay cristianos que están viviendo la Pasión de Cristo», enfatizó.
Tampoco quiso pasar por alto la reciente visita del Papa Francisco al estado mexicano de Chiapas, donde los nativos hicieron gala de su vida sencilla. «Todos pudimos ver la humildad de los pueblos indígenas. Su oración, su rito, su misa y sus danzas eran para Dios», apuntó el pregonero.
Su intervención finalizó con un poema escrito por él que sobrecogió a los allí presentes, que no dudaron en despedirle con una sonora ovación. Entre los asistentes, se encontraban varios miembros de la Corporación Municipal con el alcalde, Juan Jesús Blanco, a la cabeza.
El primer edil estuvo acompañado por varios regidores de la comarca y representantes de las tres cofradías de la localidad: Virgen del Carmen y El Santo Cristo del Amparo, Virgen de la Soledad y Santísimo Cristo de las Cinco Llagas y Nuestro Padre el Nazareno y Santo Sepulcro.
La ceremonia, conducida por Juan Carlos de la Fuente, continuó con la actuación de las formaciones de tambores y cornetas de las hermandades de La Soledad y Los Nazarenos. La Banda de Música de Guardo puso el broche de oro.